viernes, 22 de enero de 2021

Contagios trumpistas en Waterloo


Las alarmas han saltado en los chambaos del independentismo catalán. Nervios al por mayor y detall. El «efecto Illa» con uno u otro diapasón está desquiciando al governet y a las fuerzas que le apoyan. A ello se le añade ahora los dos últimos elementos: por segunda vez el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya desestima el decreto –la mandanga, que nosotros decimos— que anulaba la fecha electoral del 14 de Febrero; y el conseller, que se encargaba de la preparación de las elecciones, ha sido inhabilitado por desobediencia.

Con todo, los niveles de pánico han subido tras la aparición de la encuesta del CIS. Lo más sangrante –me apresuro a significar--  es que no aparece mayoría del independentismo. Claro, son solamente encuestas, pero lo cierto es que el independentismo «té els meats al ventre». Ahora bien, a tenor de la reacción de Waterloo y ERC podemos sospechar que ellos tienen encuestas propias todavía menos esperanzadoras para sus intereses. Desde el priorato de ERC se pone de chupa de dómine a la justicia, con tan mal tino –entrando en una deriva deslegitimadora-- que le ponen las cosas rematadamente mal a quien puede concederles el indulto. Y desde Waterloo se pasa a un nuevo paradigma al que se debe prestar atención.

El director de comunicación de Waterloo, Pere Martí Colom, explica que hay una «operación de Estado en marcha para desplazar  al independentismo de la centralidad política», forzando una victoria electoral del 14 de Febrero. Por tuiter, no faltaba más. Tiene todas las trazas de seguir los pasos de la «Escuela Trump»: primero, una insinuación; segundo, puesta en marcha de la manivela para propalarla; y finalmente –cual el aria de  La Calunnia del Barbero de Sevilla--  se produce il colpo di canone como colofón del infundio. La peste, la peste trumpista. O sea, la conspiración contra el independentismo. Así empezaron en Alemania y sus alrededores con lo de los Sabios de Sión. Y desde el Pardo constantemente se arremetía contra «el comunismo y la masonería».

De todas formas, se entiende la irascibilidad de este adjunto a Waterloo: fue él mismo quien, al minuto de la aparición  del decreto por el que se anulaba la fecha electoral, tuiteó jubiloso: «Así tendremos más tiempo para ganar cómodamente las elecciones».

Ojo, no le pierdan el ojo a las excusas que se sacará Waterloo: de momento ha ensayado la truculencia de la conspiración, el ´enemigo exterior´. Que en ese caso serían «los de regadío». Error, incluso para sus intereses. Porque les están diciendo a la feligresía que contra el enemigo no se puede nada.

Es posible que, como escribe Quim González, ensayen otro recurso: «Como hay pocas cosas que hacer en estos tiempos de confinamientos, voy a jugar a adivinar el futuro. Estoy convencido que en el supuesto que se mantenga el 14F la ANC, junto a los medios de comunicación afines, empezará una campaña soterrada de INSUMISIÓN para que las personas designadas a formar parte de las mesas electorales “anuncien su renuncia por miedo a contaminarse”.  Se aceptan apuestas. Y así empezaría la campaña, que faltaba, la del miedo».

Acabo este ejercicio de redacción con una propuesta: con la idea de ayudar al avance de la ciencia psiquiátrica sugiero que, en el historial clínico de los pacientes, se incorporen los tuiters que haya emitido, recuperando incluso los borrados.   

 

Post scriptum.---  Saber qué condiciones se requieren para que un número sea divisible por 11 no es sobrero, pero conocer que «lo primero es antes» es fundamental. Lo recordaba don Venancio Sacristán.   

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