«Los votantes de los partidos de la derecha
—PP, Vox, Ciudadanos y los de las formaciones soberanistas-- son mayoritariamente contrarios a ser vacunados inmediatamente cuando
se tenga una vacuna contra el covid-19, según el (clique
aquí) barómetro de octubre del Centro de Investigaciones
Sociológicas (CIS). Por el contrario, los encuestados que hace un año
votaron al PSOE, Unidas Podemos, PNV y Más País son mayoritariamente
partidarios de ser vacunados». Podemos leer en Infolibre,
un medio digital de probada seriedad.
Que haya profundas coincidencias políticas no
insubstanciales entre las derechas carpetovetónicas y las independentistas, lo
hemos recalcado aquí, en este blog, no pocas ocasiones. Sin ir más lejos ayer
mismo en el Parlamento con motivo de los Presupuestos generales del Estado.
Pero, de un lado, esa relación directa entre orientación de voto de derechas y
rechazo de la vacuna contra el covid me parece, al menos aquí en España, es
algo desgraciadamente novedoso; y, de otro lado, que ese misma consideración
aparezca aquí en Cataluña, tantas veces auto considerada como la punta de lanza
de la modernidad –Cataluña es la Holanda del sur, dijo cretinamente Artur Mas-- me
deja un tanto perplejo. Me gustaría saber la opinión sobre ese particular del
prestigioso farmacólogo barcelonés Joan—Ramon Laporte. Yo, no tengo explicación, al menos por ahora. En
todo caso, digamos que el negacionismo está más repartido de lo que se cree. Trump está suculentamente acompañado en esta y otras
historias. (La ambulancia está atravesando el término municipal de Canet de
Mar; en algunos campanarios del Maresme «las piquetas de los gallos / cavan
buscando la aurora». Sin noticias de Soledad Montoya).
Otra vez estamos con eso de los Presupuestos
Generales del Estado. En esta ocasión percibo una novedad: hasta la presente
era el gobierno quien se desvivía por tener apoyos parlamentarios. En esta ocasión
son los otros –los antaño preteridos--
quienes pugnan por ser los preferidos y los preferentes. Si Vespasiano afirmaba que «el dinero no tiene olor», ahora
la pitanza de los fondos europeos contra el coronavirus han hecho que nadie –salvo
los asilvestrados de guardia— quiera estar al margen del asunto. ERC,
Ciudadanos, Bildu y medio grupo de los
post post post convergentes han votado contra las enmiendas a la totalidad del
PP, Vox y el grupo de Waterloo. En definitiva, Pedro Sánchez solicitado ampliamente
y rechazado por las tapas variadas de las derechas, el ultra sur y los
independentistas fósiles.
Que Ciudadanos haya votado contra esas
enmiendas a la totalidad ha provocado la
reaparición de Albert Rivera –un
objeto volante no identificado--
cargando contra la falta de ´dignidad´ de su heredera, Inés Arrimadas.
Rivera, nuevo huésped en la Orden de los Jarrones chinos, junto a Felipe González y José
María Aznar.
Por lo demás, con la ambulancia atravesando el
municipio de Alella de Ferrer i
Guardia, llamo la atención a otra novedad en esto de
las cuentas públicas. El gobierno parece tener un trastorno bipolar: la parte
mayoritaria prima la alianza de Ciudadanos, la minoritaria no la quiere ver ni
en pintura y prioriza las relaciones con ERC y Bildu. Me permito la siguiente
observación, digna de un tratado político consistente: No jodan la marrana,
señores y señoras. Sepan estar, unos, en mayoría; y, los otros, en minoría.
La ambulancia llega a su destino. Mañana y
pasado descansa el conductor de la ambulancia, el personal sanitario y un
servidor.
P/s.---
Don Venancio Sacristán: «Lo primero es antes». Pablo Iglesias,
métaselo en la cabeza.
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