sábado, 14 de noviembre de 2020

Gallo viejo, gallo nuevo en el corral de Waterloo


 

 

Gallo viejo, gallo nuevo frente a frente en la preselección de candidatos a encabezar el cartel electoral de Junts, el partido del hombre de Waterloo que comportaría optar a la presidencia de la Generalitat. Gallo viejo, Damià Calvet, consejero de Territorio del «governet»; gallo nuevo, Laura Borràs, portavoz de Puigemont en el Parlamento español. El viejo y el nuevo comparten página –la mitad cada uno--  de La Vanguardia, entrevistados por la García Pagán.

La poquedad política y cultural del independentismo se refleja en las declaraciones de ambos candidatos. Son casi indistinguibles. Hay que poner la lupa para ver las posibles diferencias que llevarían a que, en las primarias, los electores tuvieran suficiente información para preferir a uno u otro gallo. El paciente escrutador podría ver que la Borràs --«no podemos aparcar las decisiones que lleven a la independencia»--  da la impresión de tener ideas atropelladas. Preguntada por la presunta adjudicación irregular a un amigo de 18 contratos por valor de 259.863 euros cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes --unos hechos que, según el Supremo, podrían constituir presuntos delitos de prevaricación y malversación--  responde pizpireta que eso se debe a la insolvencia contrastada del Tribunal Supremo. O sea, la culpa de que yo delinca la tiene quien me juzga. Mientras que Calvet, con una cierta pachorra, cree que la independencia «va para más allá de una legislatura».  Sea, no es irrelevante.

Con todo, ambos dan una pista para que su electorado los ubique. Calvet indica que es apoyado por Jordi Turull y Josep Rull, ambos macizo, primero del pujolismo y después de Artur Mas, ambos en prisión. La Borràs es carne y uña de Quim Torra, que según el todopoderoso David Madi, independentista hasta el cuero cabelludo,  es un «cabra loca».

Así, pues, la herencia de Puigdemont, al igual que la de Cantora, la finca Pantoja Rivera, se ventila entre lo más tronado de las cosas del presente siglo. Es la decadencia de aparentes glorias del pasado. Puro folclore hoy en el mundo de la globalización. Los dos gallos –el viejo y el nuevo— sin plumas y cacareando.

Una decadencia que no solo es cultural sino económica. Da que pensar que nadie del gobierno catalán acudiera al acto celebrado recientemente en Valencia sobre el Corredor del Mediterráneo. Valencia y Zaragoza están de enhorabuena: se están comiendo viva a Barcelona.

 

Post scriptum.---  Del 1 al 100 solo hay nueve números que sean divisibles por 11. Vale, pero ¿qué es eso comparado con la sentencia de don Venancio Sacristán: «lo primero es antes»? Calderilla.

Segundo post scriptum.---  Gracias a los amigos, conocidos y saludados por las muestras de afecto y buenos deseos a mi persona. No es necesario que me deseen ánimos; me sobran para dar y vender. Los vitorinos pastueños a mi lado son angélicos del cielo. Además, estoy en manos de los profesionales de can Ruti.

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