viernes, 18 de septiembre de 2020

Escenas madrileñas o la crisis de las autonomías


 

Han sido dos ´escenas matritenses´ que se ha perdido don Ramón Mesonero Romanos.  Dos momentos de gran voltaje. La petición de socorro de la Comunidad de Madrid al presidente del Gobierno español y la presencia de Quim Torra –el presidente del caos, le llama caritativamente Xavier Vidal—Folch--  ante el Tribunal Supremo. Dos escenas que provocan interferencias en la normalidad sea ésta vieja, nueva o ni lo uno ni lo otro. Dos escenas que, lo diré despacito para darle mayor solemnidad, son dos metáforas de la crisis de las autonomías. Dos escenas que tendrán consecuencias.

Ignacio Aguado, vicepresidente de la Comunidad de Madrid, de Ciudadanos, sorprende a los romanos y a los cartagineses con un explosivo arranque de realismo: no podemos contra el coronavirus, dice con cara a lo Buster Keaton. A continuación utiliza un flashback: no se puede combatir la pandemia cada Comunidad autónoma por su cuenta. Y da con el mazo  encima de la mesa: El gobierno debe intervenir. O sea, el «gobierno ilegítimo», según su mentor, Pablo Casado. Lo que viene después ya lo conocen ustedes. En suma, todo el desbarajuste sanitario, político, técnico y administrativo que ha provocado la incompetencia de Isabel Díaz Ayuso (con la mirada ausente de Aguado) deben resolverlo Pedro Sánchez, Salvador Illa y el  doctor don Fernano Simón. «Madrid, castillo famoso», joya de la corona de Casado casaseno, reconoce que no puede resolver lo más duro del problema que él mismo ha creado, debe recurrir a los «okupas» de la Moncloa. Ojo: he dicho ´lo más gordo del problema´, no todo el problema.  

Quim Torra –el cuarto presidente de la Generalitat en democracia, que se ha visto en coplas de la Justicia, de los cinco que ha tenido— acude al Tribunal Supremo para solventar las consecuencias de sus desvaríos. Una mala cabeza, de creciente aturdimiento, que es incapaz de leer los movimientos de doña Correlación de Fuerzas. Un tipo, este Torra, que ahíto de cuatro duros de ideología es incapaz de percibir que los hechos tienen consecuencias. Todo esto dará mucho que hablar y hacer.

Las dos escenas matritenses tendrá consecuencias.

 

Post scriptum.--- El actor José Sacristán aprendió de muy joven la lección de su padre Venancio: «Lo primero es antes». Es algo que ignoran Isabel Díaz Ayuso y Quim Torra.

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