Nicolás Maquiavelo dejó dicho que «quien introduce
innovaciones tiene como enemigos a todos los que se beneficiaban del
ordenamiento antiguo y, como tímidos defensores a todos los que se benefician
del nuevo». (El Príncipe, capítulo V) Téngalo presente el ministro Castells en
su proyecto de reforma universitaria. En este caso, estarán en contra del
ministro todos los que se benefician del actual ordenamiento ya sean de
izquierdas, centro o del imperio austro-húngaro y por cuestiones de política
actual las huestes de Casado casaseno,
haciendo de Cojo Manteca,
y sus primeros hermanos de la ultraderecha. Para los primeros las cosas hay que
dejarlas tal como están; los segundos, tienen otro interés: leña a Pedro Sánchez hasta que hable sánscrito.
Aclaremos
las cosas: hay que meterle mano de una vez por todas a la endogamia
universitaria y al corporativismo de la casa. Reconozco que decirlo es cosa
fácil, pero –como ustedes pueden imaginar--
no estoy aquí para decir que es necesario mantener esas dos patologías.
Manuel Castells, según parece, ha decidido que hay que ponerse manos a la obra.
El problema es el método, el dichoso método. O se hace de manera participativa
con los sujetos de la cosa universitaria o esa operación está destinada al
fracaso. En concreto, otra oportunidad perdida y, en esta ocasión, por un
gobierno progresista. Y para mayor
perplejidad, protagonizada por uno de los sabios más brillantes de la
modernidad que, además, ha estudiado los comportamientos de los movimientos
sociales en todo el mundo que han sido en los últimos treinta años.
De
no proponer una metodología participativa Castells se arriesga a provocar una
movilización de bigote contra el proyecto y a tiro fijo contra el gobierno. Los
jóvenes en las calles, el profesorado de todos los colores políticos en huelga
y Casado frotándose las manos. Pero, como esto no es una especulación sino una
predicción realista, Podemos –el que sugirió a Castells como ministro-- o le le obliga a negociar o le obliga a
dimitir. En resumidas cuentas, otra ocasión perdida. En la zahúrda
universitaria se mantendrá la endogamia y la guilda continuará con sus
corporativismos.
Por eso, mantengo íntegramente lo que dije ayer mismo en
(clica aquí) “WhattsApp abierto al ministro Manuel Cstells”.
Addenda.--- Como es sabido Napoleón Bonaparte escribió sus comentarios
sobre el libro de Maquiavelo. De la cita que encabeza este post dijo: «El buen
hombre no sabía cómo uno se proporciona entonces acalorados defensores, que
hacen amollar a los otros». (Colección Austral, 1883). Inquietante.
En
la foto está el joven matrimonio Puig –Ortega. Jaume él, Carmen ella. Él cumple años y ella
le acompaña. Nada tiene que ver con este ejercicio de redacción. Lo digo por
los tiquis miquis.
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