sábado, 4 de abril de 2020

La Vulgata de Julio Anguita





Un sector de la izquierda, minoritario pero agobiantemente latoso,  no ha entendido nunca que las más importantes conquistas sociales se han construido sobre la base de la negociación. Han sido las más importantes y duraderas. En cambio, cuando ha elegido el camino del unilateralismo --a saber, a la brava--  las realizaciones (algunas de ellas importantes) han durado menos de un siglo. El welfare está en lo primero; el Estado llamado obrero se hundió, porque –como diría Gramsci--  iba contra El Capital, es decir, nada tenía que ver con Marx.

Julio Anguita pertenece desde sus inicios políticos hasta hoy –genio y figura— a ese sector de la izquierda. Durante toda su vida ha ostentado esa testaruda coherencia de la izquierda unilateralista. No ha querido ver que tales concepciones han sido de muy escasa utilidad para aquellos a quienes decía y quería tutelar: los trabajadores y sus familias. Lo que traemos a colación por unas recientes declaraciones que nuestro hombre ha hecho a la revista Cuarto Poder (1).  

Así ha hablado: «Estoy viendo con inquietud que se quiere ir a unos nuevos Pactos de la Moncloa, a mí esto me preocupa. Si hacemos una reedición de los Pactos de la Moncloa, mal lo van a pasar los trabajadores, sobre todo los precarios y toda la gente que en estos momentos está malviviendo».  En realidad lo que está diciendo Anguita es que la salida a la situación post pandemia deberá resolverse por una vía no negociada.  Pero no especifica de qué manera concreta. De hecho, los profetas desarmados nunca aclararon de qué manera y cómo deberá salirse de una situación de desastre. Lo que, tal vez, Anguita no prevé en lo concreto el nivel de gravedad de la situación que nos dejará la pandemia. O, peor todavía, se aferra a retales dispersos de una Vulgata que nunca se tradujo en utilidades concretas.

La cuestión no es académica, es decir, sí o no a los Pactos de la Moncloa, sino cómo abordamos el descomunal destrozo que tendrá la economía cuando salgamos de esta pandemia. Un destrozo del que no creo que seamos todavía conscientes. Ese es el problema. El problema es que Anguita posiblemente no vea la diferencia entre esta situación y la que teníamos cuando los Pactos de la Moncloa. En aquella ocasión la situación era muy difícil. Ahora será peor que dramática. En 1977 era cuestión de obras mayores con un buen equipo de albañilería y de encofradores. Ahora el problema será de la reconstrucción de la economía y de la psicología colectiva.

Por otra parte sorprende que Anguita no parezca tener confianza en que Unidas Podemos, estando en el Gobierno, pueda estar a la altura  con su corresponsabilización de ese Pacto de reconstrucción nacional.



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