Quim González, un experimentado dirigente sindical que tiene bajo sus
espaldas la responsabilidad de centenares de convenios colectivos, ha escrito
un lúcido y contundente artículo que los
dirigentes del PSOE y Podemos harían bien en leer detenidamente, lo que excluye
hacerlo de esa manera tan pija de en
diagonal. “Inútiles”: http://pilarcefe.blogspot.com/2019/08/inutiles.html.
Una de las primeras consideraciones del trabajo
de Quim González es: «cuando se rompe una negociación casi nunca se reinicia
con un decíamos ayer, ni en el punto y la hora del día de la ruptura». Está
meridianamente claro: al reiniciarse la negociación se está en una fase totalmente
diversa. Se lo recordamos a un partido veterano que tiene una experiencia
acumulada en negociaciones y a su socio que sigue siendo imberbe en estas
cuestiones de la contractualidad, experto en recetarios de cocina pero poco
duchos en el manejo de los fogones.
En toda esta historia de las negociaciones para
la investidura de Pedro Sánchez, que ha resultado doblemente fallida, me ha
dado la impresión de que los dirigentes de Podemos han concebido la operación
como si fuera un guión de una serie televisiva. (Se recuerda la afición de
Pablo Iglesias el Joven a las series). Pablo Iglesias se sentía guionista,
quien por sí mismo se atribuye los poderes de doña Correlación de Fuerzas. De
un guionista que ya sabe de antemano porque maneja él sólo los hilos de la
trama, el final de la operación. Un guionista, escribidor de recetas
culinarias, pero que no se maneja con la pipirrana.
Pongamos un ejemplo. Cuando Pablo Iglesias el
Joven declara con desparpajo que quiere estar en el gobierno porque es la única
garantía de que se cumpla lo pactado, no es sólo desconfianza lo que trasmite
hacia Pedro Sánchez sino que está afirmando indirectamente que éste, el
Presidente del Gobierno, es un contenedor de doblez.
Una sugerencia final (a ambos): si queréis
negociar se han de poner las condiciones necesarias y suficientes para ello.
Sin ninguna variable que, en el fondo, sólo es un guiño a ese amplio sector de
perplejos que no quiere la investidura ni la participación en el gobierno. Un
guiño que usa un lenguaje que transforma el “hemos negociado” por el “hemos
arrancado”. Que usa y abusa Podemos.
Post sceptum. La foto de arriba no tiene nada que ver con el
texto. Es un homenaje a la familia mataronesa Puig – Ortega. Alta cocina familiar.
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