1.-- La suma de los cuadrados de los catetos no
siempre es igual, en el terreno de la política, al cuadrado de la hipotenusa.
Un ejemplo de ello es que el grupo no independentista ha tenido más votos que
el independentista y, sin embargo, cuenta con menos diputados. Se debe, como es
sabido, a las convenciones de la Ley d´ Hondt, que no discuto pero sí señalo
interesadamente.
Sabemos, gracias a Paco Rodríguez de Lecea,
que Heráclito dejó escrito esta sentencia: «Si no esperas lo inesperado, no lo reconocerás
cuando llegue, porque es misterioso e indescifrable.» Algo se barruntaba Paco
desde la vieja Atenas. Algunos terremotos «inesperados» intuía.
Primer temblor de tierra: Inés Arrimadas al frente de Ciudadanos es el partido más
votado. La primera vez que una formación no catalanista gana unas elecciones
autonómicas en Cataluña. La primera organización, además, en los barrios
populares de Barcelona y en el viejo cinturón que antes llamábamos rojo. Un
huracán que se ha llevado por delante al Partido Popular, reduciéndolo a
irrelevancia. Constatarlo no equivale a felicitarse. Desde luego, no creo que
sea ni misterioso ni indescifrable.
Segundo temblor de tierra: Esquerra ha visto
que los pronósticos que la situaban como primera fuerza –e incluso por encima
de los de Puigdemont-- eran exagerados. El pragmatismo minimalista
de los de Junqueras ha sido sobrepasado
por la liturgia exasperada del hombre de Bruselas.
Tercer temblor de tierra: Xavier Doménech pierde 3 diputados, no gana en ningún distrito
de Barcelona, quedándose en quinto lugar. Tal vez sus repetidos meandros
políticos le han jugado esa mala pasada. Colau en entredicho. Un golpe también para los podemitas
de otras latitudes.
Cuarto temblor de tierra: Mariano Rajoy es enviado al Hades. Decimos Rajoy y no Albiol
porque el hombre de Pontevedra ha sido el factótum de la campaña electoral del
PP en Cataluña. El sanedrín pepero intentará exculpar a Mariano punto, pero
este caballero ha sido tocado en lo más sensible. En cierta medida también este
resultado es inesperado, porque emigrar al grupo mixto es demasiado para la
formación que gobierna España. Un inciso: tal vez Ciudadanos les pague el
aguinaldo para que puedan conformar grupo. Una generosidad que siempre echará a
la cara Rivera a Rajoy.
Pequeño temblorcillo de tierra: Miquel Iceta salva unos pocos muebles. Sólo un diputado más.
2.--
Mayoría de votantes no independentistas, de un lado; mayoría absoluta de
los independentistas en el Parlament. Con este dato, reitero, no se impugna el
resultado, simplemente se deja explícito el dato. El reparto de la túnica
sagrada tiene esas paradojas, inesperadas –a lo Heráclito-- o no.
En resumidas cuentas, un gobierno
independentista sin independencia o con la independencia al baño María. Un
cuadro político con más derecha; y una izquierda cojitranca que sólo remontará
si es capaz de encontrar la explicación de sus propios terremotos y no le echa
la culpa al maestro armero.
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