viernes, 10 de noviembre de 2017

Hoy descansamos del monotema catalán




MOVIMIENTO OBRERO: Una lúcida reflexión para adaptar la lucha obrera a los nuevos tiempos.

Escribe Andreu Missé


“No corren buenos tiempos para el sindicalismo”, reconoce José Luis López Bulla, al constatar en qué han devenido las organizaciones sindicales como consecuencia de la profunda transformación que han experimentado las empresas industriales y de distribución debido a los profundos cambios tecnológicos que se han producido.

Lo que preocupa a este histórico dirigente sindical es que el denominado “ciclo largo” de conquistas sociales que el sindicalismo impulsó durante décadas se haya agotado con el estallido de la crisis de 2008 y su resolución mediante las políticas de austeridad. 

López Bulla, secretario general de la Confederación Sindical de Comisiones Obreras de Catalunya entre 1976 y 1995,  expone sus reflexiones y sugerencias en No tengáis miedo de lo nuevo, un libro elaborado conjuntamente con Javier Tébar Hurtado, profesor de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona y director del Archivo Histórico de CC OO de Catalunya.

El libro, prologado por el profesor Antonio Baylos, de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), se inspira y recoge el pensamiento de destacados sindicalistas, juristas y políticos italianos como Ottaviano del Turco, Bruno Trentin, Umberto Romagnoli, Pietro Ingrao y Antonio Gramsci.

La obra es una lúcida reflexión sobre la necesidad de repensar el sindicalismo para “zafarse definitivamente del contagio del taylorismo” que ha padecido a lo largo del siglo pasado. Un taylorismo que significó una nueva organización del trabajo, con una determinada división y especialización de las tareas en el proceso de producción industrial, que significaba la apropiación por parte de las empresas de toda la aportación intelectual de los trabajadores. El autor recuerda las palabras que el ingeniero Frederick Taylor dirigió a los obreros en 1890: “No se os pide que penséis, para ello pagamos a otras personas”.

Ante el reto que supone el desarrollo de la Cuarta Revolución Industrial, con los veloces cambios que imprimen las nuevas tecnologías, la informática, los nuevos materiales y las nuevas formas de organización de las empresas, el taylorismo significa una creciente pérdida de poder y desvalorización de los trabajadores. Para López Bulla, “el taylorismo es un desafío en toda regla”. Su propuesta es que “el asalariado en el ecocentro de trabajo avance en el terreno de la humanización del trabajo y la reapropiación de sus conocimientos”. 

En la segunda parte del libro el profesor Javier Tébar reconoce que la capacidad del sindicato para concretar propuestas alternativas se ha visto mermada fuertemente, entre otras razones por la profunda fragmentación y dispersión de la clase obrera. En este sentido considera que “ni la empresa ni la profesión constituyen  elementos de referencia para aquellas personas que están en paro y también para las que cambian de empleo con frecuencia”. En este sentido considera que “una ciudad del trabajo no debería dejar de constituir un horizonte común”. Para ello sugiere que es necesario configurar un modelo de alternativa comprendiendo lo que han sido las ciudades históricamente. Considera, por tanto, la ciudad como un espacio para reflexionar sobre el modelo de espacio que impera en ella. 




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