Mientras se agitan frenéticamente los badajos
de los campanarios catalanes, se van concretando potentes estrategias
industriales así en Europa como en el mundo. Mientras tanto la política
catalana y española sigue en su burbuja. La aldea por un lado, la globalización
por todos los sitios. Y determinada izquierda luciendo su transformismo como
chocante elemento de distinción.
Pongamos que hablo de Siemens y Alstom.
Los dos gigantes han decidido fusionarse. Lo
que tendrá sus consecuencias (ya se verá cuáles) en Cornellá y Santa Perpetua
de Mogoda. Y por extensión en buena parte de Cataluña. Pues bien, en todo el
agitado panorama político la operación Siemens – Alstom, que es el signo
fundamental de los tiempos, no ha concitado discurso alguno. Ni siquiera una
miaja.
«El eje franco-alemán se fortalece, creación de
una nueva empresa que se llamara Siemens-Alstom, con 62.300 trabajadores en mas
de 60 países, que intentará hacer frente (¿con tecnología?) al gigante chino
CRRC Corp. que domina el 50% del mercado mundial. Mayoría de Siemens en el
Consejo de Administración, 6 alemanes y cinco franceses; para compensar esa
mayoría, Siemens tendrá el 50,5% durante 4 años. Alstom liderara el
"hard" (material rodante), Siemens el "soft" (Smart
mobility). Compromiso del mantenimiento de los Gobiernos Alemán y Francés para
el mantenimiento del empleo hasta 2023. Mientras tanto la estrategia industrial
europea se desarrolla bajo liderazgo alemán, España y Catalunya ensimismadas
con problemas identitarios y de familia.» Son palabras acertadas del ingeniero Manuel Gómez Acosta que conoce el problema de primera mano.
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