Hace
tiempo que observo con estupor los acontecimientos políticos en Nicaragua. Nada
menos que Miguel Núñez,
el legendario dirigente del comunismo catalán, me previno del cariz que tomaba
la situación en aquel país y muy especialmente de la involución de Daniel Ortega. Núñez lo conocía a fondo, porque desde
Las Segovias, estuvo colaborando en la
reconstrucción de Nicaragua. Nadie podrá decir que Núñez tuviera ni medio gramo
de sectarismo. Fue el primero en llamarnos la atención de bolsas de corrupción
y de autoritarismo en el partido de Ortega. Miguel fue el primero en ver que
los sueños se iban haciendo pesadillas.
Ortega
ha pasado de ser un líder guerrillero anti somocista a un nuevo Tirano Banderas. Y sin embargo me juego lo que sea a
que, desde algunas trincheras de la izquierda (sector mugre), habrá quien le
coloque en el panteón viviente de la lucha contra el imperialismo. De momento
callan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.