Primer tranquillo
«… Para esto, es una excelente noticia que estas últimas semanas la Confederación Europea de
Sindicatos (CES) haya
anunciado su compromiso prioritario de intervenir con sus propuestas y
discusión y la formación de sus cuadros sindicales, en todo aquello que
representa la Industria 4.0, la digitalización de la economía y la
robotización, para garantizar que las personas estén
presentes en el debate público e
institucional y en la negociacion colectiva. Y, por qué no, también, utilizando las nuevas
posibilidades que las tecnologías ofrecen a los sindicatos para forjarse un
nuevo papel en las empresas y en la sociedad.» Es el colofón de un artículo de Joaquim González, Industria 4.0, los trabajadores no
somos robots en http://lopezbulla.blogspot.com.es/2016/06/industria-40-los-trabajadores-no-somos.html.
Hay que decir que es una decisión atinada. La
acción sindical en su conjunto requiere también priorizar, y en este caso la
prioridad en la formación de dirigentes sindicales la CES se orienta
adecuadamente. Por este motivo: las decisivas aportaciones que, por lo general,
se han hecho al sindicalismo, a lo largo de la historia, han tenido, por lo
general, su origen en el centro de trabajo innovado. De ahí se alargaron,
primero, al conjunto del universo fabril y, después, al resto de los centros de
trabajo y estudio. Hoy, con el fordismo en estado de senescencia, la prioridad
de la formación sindical pasa, según la CES, por la industria que llamamos 4.0.
No hace falta decir que dar prioridad no significa abandonar nada, simplemente
se trata de saber dónde y cómo poner el acento principal.
Segundo tranquillo
Parece obvio que toda operación de refundación
del sindicato ponga en primerísimo lugar una didáctica convincente en lo que dimos en llamar la formación de
cuadros. Me imagino que no hay que insistir demasiado en ello, en particular
cuando se ha dejado atrás la fase ascendente del movimiento organizado de los
trabajadores y se ha pasado a lo que llamé en su día La parábola del sindicato: http://lopezbulla.blogspot.com.es/2014/09/la-parabola-del-sindicato.html. El cambio de situación ha sido de grandes
proporciones y todavía está por ver en toda su dimensión las consecuencias de
ello, especialmente por la falta de investigaciones sobre el particular.
Tercer tranquillo
En la pirámide de edad de los dirigentes
sindicales a todos los niveles podemos observar que la mayoría de los cuadros
son cincuentones. No sólo no es preocupante sino que, en mi opinión, me parece
una edad idónea para las tareas que tienen encomendadas. Cuestión diferente es
que, por muchas razones, haya dificultades para el refresco y la emergencia de
nuevas generaciones en la dirigencia sindical. Más todavía, dado que los
sociólogos se empeñan en considerar que cada año que pasa aumenta la edad
(también de los sindicalistas), es conveniente estar al tanto de ello, pues en
menos que canta un gallo los grupos dirigentes puede parecer miembros de un
sanedrín.
Ahora bien, si se sigue el atinado método de
la CES conviene tener presente algunas cuestiones, así para los cincuentones
como para los (insuficientes) cuadros de menor edad, pues estos últimos han
sido orientados e influenciados (como no podía ser de otra manera) por los
veteranos.
Los sindicalistas cincuentones –y más todavía
los de mayor edad-- se han formado y han
ejercido sus responsabilidades en la fase del sindicalismo ascendente. Y para
mayor precisión en un contexto de certidumbres o aparentes certezas. Fue una
fase de continuo incremento de conquistas que, aunque con relativa lentitud,
hacía visible la utilidad del sindicalismo y concretamente la utilidad de estar
afiliado. Lo sabemos, nunca fue fácil, ni cómodo. Pero, con todos los matices
que se quieran poner, ello fue incontestable para quien no tenga legañas en los ojos.
En el actual paradigma de la parábola
descendente del sindicalismo ya no estamos en la fase de ampliación de derechos
y controles, sino en la defensa de lo anteriormente conquistado, un importante
almacén de derechos democráticos, algunos de ellos cercenados y otros
seriamente amenazados. No sólo en España: ahí tenemos las importantes
movilizaciones francesas como botón de muestra y, anteriormente, la situación
italiana.
En resumidas cuentas, el tránsito de la fase
de ampliación a la de defensa es algo en que se encuentran ubicados todos los
grupos dirigentes sindicales. Esta es una característica a tener en todo
proceso de esa importante tarea de la formación de cuadros. Porque el ejercicio
del conflicto social, en cualquiera de sus manifestaciones democráticas, es
ante todo un conflicto de saberes y conocimientos concretos en esta fase de
4.0.
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