Isidor Boix
DEBATE SINDICAL*
Me permitirán los amigos de la Academia partir de su
primera pregunta (“¿Son los sindicatos ‘dinosaurios en vías de extinción’?”)
para responder negativamente y con contundencia tanto a ésta como a la segunda
(“¿Conviene protegerlos en ‘reservas jurídicas’?”). Creo más bien que se
trata de sacudir las modorras sin miedo a las inclemencias del tiempo. Para
contribuir a ello aporto a continuación algunas reflexiones.
1. El punto de partida debe ser la crisis y su repercusión en las
condiciones de vida y de trabajo de la gente, así como en la crisis de
confianza en las instituciones, en la clase política entendida como las
personas que individual o colectivamente deciden., decidimos, sobre la vida de
los demás. Y los sindicatos somos parte de esta “clase”. Asumir tal
desconfianza como punto de partida, determinar sus formas de expresión más
concretas para intentar superarla.
2. La acentuación de esta desconfianza se traduce en una
radicalización de la exigencia de democracia. Si de ello derivan nuevos y/o más
eficaces mecanismos de intervención de los/as trabajadores/as en la solución de
los problemas colectivos, en la vida colectiva, bienvenida sea. Sobre todo
después de una etapa que se teorizaba como de desafección generalizada a la
“cosa” colectiva, como una tendencia a la individualización. Una radicalización
de la exigencia de democracia que parece derivar en voluntad de intervención
permanente, lo que resulta positivo aunque consista en reivindicar la
intervención como defensa de intereses particulares. Quizás constituya ahora la
forma de implicar a los individuos en el interés colectivo, el “sindical” (es
decir “de la clase trabajadora”) en todo caso.
3. Y junto con la desconfianza de los ciudadanos hacia las
instituciones, de los trabajadores hacia el sindicato, hay que considerar la
desconfianza de las personas que integran las estructuras de la clase política,
particularmente las estructuras medias del sindicato, en su propia capacidad
para resolver los problemas que se les plantean. Es decir para jugar el papel
que se supone que les corresponde. Desconfianza que en este caso puede también
calificarse de “desmoralización”, con importantes dosis de inseguridad y
desorientación.
4. Es conveniente analizar ambas desconfianzas porque no son
idénticas ni tienen la misma raíz. La de las personas de la estructura, su
sensación de impotencia, deriva esencialmente de la conciencia, más o menos
clara, de no saber cómo avanzar ante los problemas de la crisis, no tanto por
no ganar, sino por la sensación de no saber por dónde avanzar. La desconfianza
del colectivo parece derivar más bien de la traducción de tal impotencia en la
sensación de haber podido ser engañados, estafados, por las organizaciones, por
las personas que las integran, particularmente por las que las dirigen.
5. Hay que entender tal voluntad de mayor democracia para asumirla
dirigiéndola, no dejándose arrastrar por sus modas. Con el análisis de las
tendencias que al respecto se manifiestan, entre las formas de democracia
directa (con su posible degradación “presidencialista”, de “caudillaje”) y
representativa (degradada ésta por la desconfianza en los representantes, en
las formas para designarlos, en las formas para delegar responsabilidades, o en
las formas para tomar decisiones).
6. La corrupción aparece en la cúspide de esta desconfianza. El
sindicato ha resultado salpicado por su supuesta, o percibida como tal,
complicidad, resultado de su integración en la clase política.
7. Habrá que prestar expresa atención a las formas concretas de
corrupción y a las respuestas aplicadas o apuntadas (¿qué hacemos en los
Consejos de Administración?, …). Podemos, o debemos, preguntarnos si es
conveniente no estar en éste u otros espacios para no contaminarse, porque el
poder puede corromper y desgastar. Pero más lo hace, de otra forma, la
inutilidad entre otras, no tenerlo, porque el sentido propio del sindicalismo
es precisamente conquistar espacios de poder.
Para una reflexión eficaz sobre todo ello hay que evitar
repetir análisis conocidos, preguntas conocidas, respuestas conocidas, dudas
conocidas, … tópicos conocidos. Consciente de que no es fácil voy a intentar
aportar algunas propuestas o sugerencias en próximas entregas.
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