Posiblemente
alguien pueda creer que, con la que está cayendo, es un lujo innecesario o una
pérdida de tiempo reflexionar sobre el futuro del sindicalismo. Yo no lo veo
así. Entiendo que es imprescindible esa
investigación porque, dada la velocidad de los cambios en todos los órdenes,
hacen que cada día estemos “en el futuro”.
O, en otras palabras, averiguar como debería ser el sindicalismo futuro
es darle utilidad a nuestra acción colectiva cotidiana, a la eficacia del ahora mismo. O, si se prefiere: qué elementos
“de futuro” podemos ir incluyendo en nuestra práctica de hoy.
Dos cosas
me impulsan a meterme en ese estado de la averiguación de la cuestión sindical:
de un lado, el llamamiento de Toxo a «repensar el sindicato»; de otro lado, lo
que recientemente ha dejado dicho Antonio Baylos, esto es, «el sindicalismo se encuentra ante un situación complicada
en el que se pretende por otra parte reducir al mínimo su influencia. Su poder
contractual y de conflicto debe asimismo confrontarse con su práctica y sus
experiencias e impulsar una transformación de las mismas en su acción
colectiva». En base a ello he preparado para nuestra
conversación de hoy unos apuntes sobre: el nuevo estadio donde debería
insertarse la acción colectiva del sindicalismo confederal y el proyecto del
sujeto social. Que desde hace tiempo lo considero imprescindible y, especialmente, desde la última reforma laboral que tantos estragos está cometiendo.
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