lunes, 10 de junio de 2013

UN POCO MÁS SOBRE LOS EXPERTOS

El Ministro Guindos ha declarado que va a crear una comisión de expertos para que elabore un dictamen que conduzca a la reforma fiscal, a la que se ha comprometido Rajoy.

El problema de estas comisiones (pomposamente llamadas de «sabios») es que suplantan las responsabilidades de la política, apareciendo sus propuestas con el embozo del cientifismo de la técnica. Primero las ecuaciones y después veremos cómo encaja la decisión política. O, si se prefiere, es el contagio del famoso planteamiento del ingeniero Taylor: mi sistema de organización del trabajo es científico, por lo tanto no hay alternativa en su contra.  Es la consolidación de la presunta objetividad de las leyes económicas, de manera que sólo (y solamente) existe una única agenda posible: la definida por los algoritmos matemáticos que nos presentan los técnicos, convertidos hoy en noblesse d´ État. Lo que comporta, la despotenciación no sólo de la circunferencia sino especialmente del círculo de la democracia. Digamos, sin embargo, que no estamos planteando una confrontación entre la técnica y la democracia, sino entre la utilización partidaria y dogmática de la ciencia, directamente promovida por los poderes, para que aquella conduzca a unas «soluciones» previamente deseadas por dichos poderes.


En resumidas cuentas, de la razón democrática se ha pasado a la razón tecnocrática con todos los estragos habidos y por haber. Si Platón habló del rey filósofo, ahora lo que está en el orden del día es el «rey tecnócrata». Que, como aquel, es irresponsable de sus decisiones –esto es, cuenta con la impunidad. El rey tecnócrata que, como ha reconocido recientemente el Fondo Monetario Internacional con relación a Grecia no estuvieron acertados ni en el diagnóstico ni en las soluciones.           

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