En el
reciente Congreso de UGT de Catalunya se ha aprobado, entre otros, un
importante documento. Se trata del Protocol d’acord sobre la unitat d’acció sindical entre CCOO i
la UGT de Catalunya. Tiempo atrás
los dos grandes sindicatos catalanes acordaron plantear a sus respectivos
congresos la aprobación de un conjunto de normas, elaboradas conjuntamente,
acerca de cómo debería desarrollarse en la práctica la unidad de acción entre
ambas organizaciones. Digamos al lector poco prevenido (o de lectura
descuidada) que no se trataba de ir a una fusión de ambas organizaciones. Lo
que se ventilaba en dicho documento era pasar de una práctica unitaria (que
viene de muy atrás) sin reglas a un estadio normado, precisamente para darle
mayor consistencia a los procesos.
El
congreso ugetista ha votado muy mayoritariamente la propuesta conjunta: el
88,66 por ciento, que es una cifra de gran consistencia. De esta manera se veía
el amplísimo consenso que ha obtenido el documento que fue presentado por el
secretario general (saliente y, después, entrante) Josep Maria Álvarez que, en su intervención, afirmó que «supone un paso adelante extraordinariamente
positivo para consolidar la unidad del movimiento obrero en Catalunya, y supone
dejar atrás los problemas internos de cada uno de los sindicatos y pensar en el
bien común de los trabajadores». Unas
palabras –entiendo—rotundamente acertadas.
Ahora
bien, esta amplísima mayoría que se ha dado en el congreso ugetista contrasta
con –digámoslo así-- un menor entusiasmo
por parte de CC.OO que, en su último congreso, lo aprobó por un porcentaje muy,
muy inferior: un escuálido 52 por ciento. Así las cosas, un analista curioso
tendría interés en saber a qué obedece esta considerable diferencia. Por mi
parte, no sabría de qué manera interpretarla. En todo caso, quedémonos con lo
positivo: ambas organizaciones disponen ya de un protocolo que establece unas
normas (aprobadas ya en los congresos) para consolidar la unidad de acción.
La diferencia entre la votación entre CCOO y UGT al documento es que desde CCOO no vale que se digan cosas en un sentido y se practiquen en los sectores y las empresas lo contrario. Y la gente esta un poco escarmentada y no porque no haya voluntad unitaria
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