Premisa. La contundencia de las conquistas sociales a lo largo del siglo XX, una conquista de civilización, se nos aparecía como irreversibles. Esa era la impresión que teníamos, aunque no lo dijéramos explícitamente. Los ataques al Estado de Bienestar, que han sido contestados en este Primero de Mayo y en las movilizaciones recientes, demuestran la intentona, por parte de la lepra neoliberal, de buscar la reversibilidad de tales logros. Esta no es una mirada escéptica sino un toque de alarma. Lo que se quiere decir es lo siguiente: no hay nada escrito acerca del carácter “vitalicio” de las conquistas porque la lepra y sus patologías vicarias saben exactamente lo que quieren. Por otra parte, hay una novedad, no irrelevante: la política instalada, por sus propios intereses electorales, había tenido una cierta contención y un simulado interés en no aparecer como directamente comprometida a liquidar el bosque benestarista. También en este sentido hay novedades. De aquella contención se ha pasado a un caballuna desinhibición: las rebajas y recortes están en el orden del día, incluso a las puertas de los procesos electorales. Este es el caso, bien visible, del Gobierno catalán.
Primera. Este Primero de Mayo es un punto de inflexión: la respuesta social es un engarce entre la presión de semanas anteriores y lo que está anunciado en recortes y rebajas para después de las elecciones municipales. Ahora bien, conviene tener en cuenta la posible munición que guardan en su cartuchera. ¿A qué me refiero? Creo que ya lo habéis adivinado…
Pero, por si las moscas, ahí va la intuición de un espectador comprometido. El Gobierno catalán se orientará a una apariencia de negociación con los sujetos afectados, separándolos, evitando la confluencia de las presiones sectoriales. El mensaje sería: con vosotros negociamos aquello que os afecta. El problema de la sanidad, sólo con los profesionales de la salud, mejor dicho: sólo con sus altos estamentos profesionales; los de la enseñanza, tres cuartos de lo mismo. Y cada `corporation´ --embelesada o resignada ante ese espejismo de negociación—se desconectaría de la necesaria respuesta colectiva, global. En esa tesitura, el sujeto general (el sindicalismo confederal) quedaría aislado, reducido a su casamata. Así las cosas, no es necesario decir cómo acabarían las cosas.
Segunda. La decisión de las direcciones confederales de enviar a Toxo y Cándido a presidir las manifestaciones del Primero de Mayo en Valencia constituye una novedad que debe celebrarse. Desconozco si la idea ha partido de nuestras amistades valencianas o de nuestros amigos confederales. Pero, en todo caso, me quito el sombrero. Y, a la vez, es un estímulo a todos los dirigentes a tener en consideración eso que, eufemísticamente y, tal vez de manera condescendiente, se llaman las periferias. Porque hay vida –y una muy valiosa biosfera-- más allá de lo que se considera “el centro”. O, por mejor hablar: los centros, ya que es incierto lo que dice la copla: Madre no hay mas que una.
Primera. Este Primero de Mayo es un punto de inflexión: la respuesta social es un engarce entre la presión de semanas anteriores y lo que está anunciado en recortes y rebajas para después de las elecciones municipales. Ahora bien, conviene tener en cuenta la posible munición que guardan en su cartuchera. ¿A qué me refiero? Creo que ya lo habéis adivinado…
Pero, por si las moscas, ahí va la intuición de un espectador comprometido. El Gobierno catalán se orientará a una apariencia de negociación con los sujetos afectados, separándolos, evitando la confluencia de las presiones sectoriales. El mensaje sería: con vosotros negociamos aquello que os afecta. El problema de la sanidad, sólo con los profesionales de la salud, mejor dicho: sólo con sus altos estamentos profesionales; los de la enseñanza, tres cuartos de lo mismo. Y cada `corporation´ --embelesada o resignada ante ese espejismo de negociación—se desconectaría de la necesaria respuesta colectiva, global. En esa tesitura, el sujeto general (el sindicalismo confederal) quedaría aislado, reducido a su casamata. Así las cosas, no es necesario decir cómo acabarían las cosas.
Segunda. La decisión de las direcciones confederales de enviar a Toxo y Cándido a presidir las manifestaciones del Primero de Mayo en Valencia constituye una novedad que debe celebrarse. Desconozco si la idea ha partido de nuestras amistades valencianas o de nuestros amigos confederales. Pero, en todo caso, me quito el sombrero. Y, a la vez, es un estímulo a todos los dirigentes a tener en consideración eso que, eufemísticamente y, tal vez de manera condescendiente, se llaman las periferias. Porque hay vida –y una muy valiosa biosfera-- más allá de lo que se considera “el centro”. O, por mejor hablar: los centros, ya que es incierto lo que dice la copla: Madre no hay mas que una.
Radio Parapanda. Il Primo maggio di Marchionne. Escribe el amigo Tonino Lettieri. Se recuerda al personal que Tonino es hijo adoptivo de Parapanda.
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