Tuve el honor de formar parte de una delegación de Comisiones Obreras ante la Confederación Europea de Sindicatos para solicitar nuestro ingreso en esta organización. Era la primera vez que nos entrevistábamos con el sindicato europeo. El encuentro tuvo lugar en la primavera de 1974. La delegación la componíamos Carlos Elvira, Tono Lucchetti y un servidor.
Cuando el día 24 de Junio (Sant Joan) de 1972 fue detenida por la policía de la dirección de Comisiones Obreras --de la que nos escapamos “los catalanes”-- la coordinación del movimiento recayó en mi maestro Cipriano García; yo me hice cargo de la coordinación de Catalunya. Lo que explica, en parte, mi presencia y la de Tono Lucchetti en la visita a Bruselas para encontrarnos con la CES.
El secretariado de Comisiones Obreras de Catalunya (con la presencia esporádica de Cipriano García cuando no tenía otras obligaciones) se reunía en la casa de Tito Márquez (1), ya casado con la compañera Georgina (trabajaba en Fabra i Coats), en la calle Nou Pins. A finales de 1973 en una reunión en casa de Tito, con la presencia de Cipriano, Jaime Aznar –cuyo nombre real es Jorge González Montoliu-- propuso que Comisiones Obreras solicitara el ingreso en la CES. Cipri estuvo completamente de acuerdo y sugirió que la delegación fuera Carlos Elvira, Tono Lucchetti y un servidor. Carlos Elvira, junto a Angel Rozas, nos representaban en la Delegación Exterior de Comisiones Obreras (DECO) con sede en París.
Lucchetti marchó a Perpinyà en su coche Renault “cuatro latas” y yo tomé el tren con pasaporte clandestino. En Perpinyà los dos hicimos el viaje juntos en tren. Tono me dejó una novela magnífica: El caso Savolta. Llegamos a París y por la tarde viajamos con Elvira (que tenía a sus espaldas más de veinte años de prisión) rumbo a Bruselas. La mañana siguiente nos vimos con uno de los principales dirigentes de la CES, Kulakowski. Nos invitó a comer y le explicamos nuestra postura: deseábamos formar parte del sindicato europeo. Kulakowsky nos dió ánimos y explicó que las cosas estaban muy complicadas porque algunos sindicatos vetaban nuestra presencia. De hecho, todavía pesaba enormemente la cuestión ideológica y el enfrentamiento entre la Federación Sindical Mundial (de potente influencia soviética) y la CES como residuos de la guerra fría. El apoyo que teníamos venía de cuatro organizaciones importantes: los tres sindicatos italianos y la poderosa Trade Unions. Pero no era suficiente. Y, en España,
Más tarde, ya en la legalidad, insistimos en la petición de ingreso en la CES. El responsable de relaciones internacionales era el inolvidable Serafín Aliaga. La CES recelaba todavía de nosotros y, más todavía, de Serafín. Aliaga había ejercido puestos de responsabilidad en la FSM, lo que le hacía sospechoso de connivencias con los soviéticos, según explicaron informalmente dirigentes de la CES. Afirmo rotundamente que tales sospechas eran infundadas. Una prueba: Aliaga redactó el comunicado de la FSM que se oponía frontalmente a la invasión soviética en Praga (1968). La explicación de fondo, ya en 1978, era el veto de algunos sindicatos de los Estados nacionales que impedía nuestro ingreso en la CES. Finalmente, después de mucho va y viene, Comisiones Obreras fue admitida a las pocas semanas de ser elegido Antonio Gutiérrez como secretario general del sindicato con el amigo Juanito Moreno como responsable de relaciones internacionales.
Dentro de pocos días se celebrará el Congreso de la CES en Sevilla, como hemos ido informando. Este blog dará información diaria de lo que vaya sucediendo. La cosa será de la siguiente manera:
(1) Mi Tito Márquez (con barba)
Aunque nos perdimos el "Abrazo de Vergara" hemos estado en bastantes hechos históricos
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