martes, 30 de marzo de 2021

Dante mutilado. Al fondo, nuestros setentones


 

Hace pocos días se conmemoraba en este blog el setecientos aniversario de la muerte del más grande florentino de todos los tiempos pasados y presentes. Dante Alighieri, poeta. Padre de Italia, padre de Europa.

La ola de gilipollescencia de los dandis y snobs de secarral que recorre Occidente la ha tomado ahora con Dante. Sabíamos que La Divina Comedia estaba en lista de espera para ser atacada por los talabarteros de lo políticamente correcto, que es una de las expresiones más cretinas del populismo nihilista de algunos movimientos de estética estúpida. Son los mismos que la tomaron con Shakespeare por haber retratado a unos personajes venecianos como un usurero judío y un moro, que lo pintan más negro que el carbón. Luego, según esos pisaverdes, Shakespeare era un xenófobo y, en el caso de Otelo, algo peor.

Son los mismos que han arremetido contra una poetisa blanca «no binaria» por haber traducido los versos de una negra y «binaria».

No tardará mucho en que alguien intentará hacer trizas La Santa Cena (Leonardo) por considerar que el cuadro no respeta las cuotas de género. Que ustedes se lo tomen a chacota no empece que haya gente que haya construido sus entendederas con unos extraños materiales no resistentes al razonamiento. Materiales preocupantes.

Que haya cuadrillas que piensen de esa manera hay que entenderlo con resignación. Este es un país libre. El problema aparece cuando –estamos hablando del caso de Dante--  la Editorial neerlandesa que ha reeditado La Comedia ha permitido que el traductor eliminase todas las referencias a Mahoma, tratado en la obra tan inamistosamente como el Papa de Roma Bonifacio VIII, llamado «cloaca».  Lo que a un servidor le parece una actitud estúpida por parte del trujimán y –de consuno con la editorial--  una violencia sin justificación contra el poeta y el poema; de hecho, contra la cultura Occidental. Es la censura que intenta ser benevolente y, en fondo y forma, es un acto de autoritarismo.

 

Post scriptum.---  Hay cosas que no se entienden. Leo en la prensa: «Los septuagenarios españoles quedan rezagados de la vacunación». Explicación: están aguardando que acabe la inmunización de los mayores de 80 años. Pero están viendo que empieza la de los menores de 65 años. Dispensen mi opinión corporativamente interesada: esta es la lógica del «Era de noche, y sin embargo llovía». Nada que ver con el apotegma de don Venancio: «Lo primero es antes».   

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