Cuando
se mueve una hoja en una dirección contraria a la prevista por Pablo Casado la polución sube a todo meter en la calle
Génova; la cúpula del Partido Popular es muy
sensible a lo inesperado. Yendo por lo derecho: el sinedrio casadista no se
esperaba la reacción de su FAES al contenido de la
reforma laboral que han firmado las organizaciones empresariales, CC.OO., UGT y
el gobierno.
Sorpresa
mayúscula: la fundación que preside Aznar contradice la valoración que ha hecho el núcleo duro de
la calle Génova. La FAES le ha levantado el gallo a la cúpula del partido. Me
puedo imaginar las interjecciones del
casadismo militante y, más concretamente, la de su capataz, Teodorico.
Esta
es una grieta considerable porque FAES está considerada como el faro de
Occidente. De momento, que yo sepa, no ha habido respuesta oficial por parte de
Casado. Seguramente, no saben qué pensar y decir, o tienen un miedo
considerable a decir lo que piensan.
Un
servidor se aventura a dar una explicación: a Aznar no le ha parecido sensato
contravenir de una manera tan drástica con el empresariado organizado, porque
hay más días que longanizas, ni tampoco le conviene que su partido deje de
´representar´ a los sectores económicos; dar por buena la opinión del joven
Casado le ha parecido un suicidio.
Esta
hipótesis puede estar acompañado por otra complementaria: reconocer que se ha destruido
la contra reforma del PP significaría su debilidad y su derrota por los ´comunistas´ y, paradójicamente, acompañados por la CEOE.
Y así como hay quienes cambian de nombre sus vicios para no infundir sospechas,
la FAES le suelta un capón a Casado, posiblemente para recordarle quién manda
en esta plaza.
Post
scriptum.--- Hasta nunca 2021, ¡maldito
seas! Te has llevado lo que más quería.
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