miércoles, 29 de septiembre de 2021

Díaz Ayuso, el Papa y el centrismo


 

He perdido la cuenta de las veces que el Partido Popular ha hecho una excursión al centro, en realidad viajes a ninguna parte. Han sido excursiones o viajes coincidentes con su progresiva inclinación al más allá de la derecha. Ahora, en puertas del aluvión de casos de corrupción pendientes de sentencia por parte de los tribunales, Pablo Casado vuelve a sacar del viejo baúl de los recuerdos las cartas del arte de marear y, brújula en mano, se reorienta –quiere hacernos creer— hacia el centro, ese lugar inasible y más metafísico que físico. Pero el puente de mando de la nave con contaba con la monja alférez, Isabel Díaz Ayuso.

¿´ Centrismos a mí´? parece decir la doña. Y lejos de Santiago de Compostela arremete descentradamente contra Francisco, el Papa de Roma. Al papa argentino le ha puesto como un pingo porque ha pedido perdón a México «por los pecados personales y sociales de la Iglesia». Bergoglio ha sido contundente: los pecados personales y sociales.

Lo estrambótico es la dogmática que ha utilizado doña Isabel: «A mí me sorprende que un católico que habla español…». Si lo hubiera dicho en lengua tagala tendría un pase, viene a decir tan ilustre señora.

Las derivas de Casado a tierras de más allá de la derecha explican el ascenso y consolidación de Ayuso como jefa de una parte no irrelevante de la derecha ultra. Y de esa manera el grano que el PP tiene en el culo se va agrandando.

No sería de extrañar que el sector Cañizares haya caído en deliquio tras tan suculentas declaraciones. 

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