¿Qué
está pasando en el campo de las relaciones diplomáticas entre España y los
Estados Unidos? Las dos recientes situaciones que se han dado indican que algo
no va como debiera. Por otra parte, las explicaciones que ha dado el gobierno
sobre estos dos temas puntuales no ayudan en absoluto a entender lo que ocurre,
si es que está ocurriendo algo.
Primero
fue aquel brevísimo encuentro peripatético entre Biden y Pedro Sánchez. Apenas
un suspiro, pero la diplomacia española vendió aquella gallina como si fuera un
pavo real. Algo pasó o estaba pasando para que los dos mandatarios no tuvieran
tiempo de tomarse con calma un café con una cajica de piononos santaferinos. Y
después viene algo más inexplicable todavía: Pedro Sánchez visita los Estados
Unidos con el interés positivo y necesario de buscar inversores para nuestro
país. Y, sin embargo, en la agenda del ala oeste de la Casa Blanca no hay un
hueco –o no se ha buscado por parte española— para que los dos presidentes se vean y degusten la
caja de piononos que no pudieron tomar en la anterior ocasión.
Sorprende,
además, la argumentación que se ha dado desde España: este era –han
dicho-- un viaje privado. Chocante. Un visita a aquel gran
país buscando inversiones no es una actividad ni un asunto privado. Es más,
entiendo que si hubiera habido foto en el despacho oval con los dos mandatarios
la publicidad a favor de quien busca inversores hubiera sido, al menos en
teoría, más eficaz.
Sería
conveniente una explicación sobre el particular. Si pasa algo, que se diga. En
caso contrario, que se den explicaciones serías. Por lo demás, apoyar al
gobierno –como es mi caso-- exige dar
muestras, cuando encarte, de cordial antipatía.
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