No
son pocos los analistas que sostienen que se está produciendo una ligera
recuperación de la economía. No tengo motivos para llevarles la contraria, pero
conviene constatar y recordar que han sido terribles los destrozos que ha
ocasionado –y todavía no ha cesado— esta terrible pandemia. Tan sólo unos pocos
botones de muestra: el poder de compra de los salarios está sufriendo su mayor
caída de los últimos 45 años y el 35 por ciento de las empresas tuvo pérdidas
operativas en 2020 con 100.000 negocios que han bajado las persianas. Son datos
que ofrece, hoy, La Vanguardia.
Tan
dramática situación le importa una higa a las derechas, ya sean
carpetovetónicas o de Waterloo.
No son coincidencias circunstancialmente buscadas sino de naturaleza. Que esto
escandalice a los espoliques de uno y otro bando es harina de otro costal. La
fe de los carboneros de una y otra barriada les lleva a tener los ojos llenos
de pitarras.
La
política española durante todo este periodo pandémico ha recordado a Penélope:
tejiendo y destejiendo a la espera de la caída de Pedro
Sánchez. De un lado, el gobierno haciendo una política razonablemente
útil; de otro lado, las derechas de garrafón y calisay acosando al gobierno,
haga lo que haga. La derecha doméstica es una anomalía en la política europea.
Por
no representar, ni siquiera defiende los intereses de la derecha económica,
interesada como siempre en el sosiego y en el menor ruido posible. La
precariedad de cerebros ilustrados en el Partido Popular –o quizás el silencio miedica de sus exponentes
aparentemente liberales-- hace que sean
responsables de que no sea más rápida la salida de la crisis económica. Ello es
mucho más visible en Cataluña donde el mundo empresarial organizado se ha
llamado Andana en torno a la quimera del independentismo.
Ahora
–como ayer y anteayer— las derechas se preocupan sólo y solamente de incendiar
el paisaje con motivo del indulto (todavía sin estar anunciado oficial ni
oficiosamente) a los políticos presos catalanes. Con la coincidencia expresa de
los rescoldos de quienes se dijeron ´hombres de estado´ de improbable orientación socialista. Sí,
En
resumidas cuentas, más confusión en los cuatro puntos cardinales de la piel de
toro.
Blogoteca
Lluís Rabell: ´Liderazgos´. https://lluisrabell.com/2021/05/30/liderazgos
Paco Rodrígz de Lecea: ´El sindicato y/o/con/sin partido.
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