viernes, 11 de diciembre de 2020

Meditaciones desde mi ambulancia (23)


 Madrugada lluviosa. Noche cerradísima. Son las siete y cuarto de la mañana. Voy ya a lomos de la ambulancia.

El portavoz parlamentario de Vox y responsable de Relaciones Internacionales, Iván Espinosa de los Monteros, ha asegurado durante su participación en un foro de Nueva Economía que «todavía no está claro que Trump haya perdido las elecciones porque no se ha oficializado quién las ha ganado». Además, ha subrayado que «está siendo cuestionado el sistema de votación en muchos estados, se han cometido «presuntos fraudes» y que hay «dudas». No se trata de un pronto, pues otros dirigentes de la misma formación –por ejemplo, la esposa de Espinosa, Rocío Monasterio— han abundado en lo mismo. Lo aparentemente chocante es que, horas antes a estas declaraciones, el Tribunal Supremo de los EE.UU. por unanimidad mandaba a Trump a hacer gárgaras. Vale la pena señalar que entre tales magistrados, nueve en total, se encuentran tres que fueron designados por el mismísimo Trump.

Entiendo que los de Abascal no han perdido el oremus. Saben qué hacen y qué quieren hacer. Porque lo aparentemente estrafalario del planteamiento –o sea, repetir miméticamente lo que ha estado diciendo el Hombre—Bronca— hay que traducirlo de esta manera: Abascal es el Enviado de Trump en la Tierra. ¿De un derrotado? Sí, de un derrotado que ha cosechado cerca de setenta millones de votos. Setenta millones de los que muchos de ellos –no todos, ciertamente--  son la resultante de ese trumpismo mediático. Naturalmente ese mensaje se dirige a su competidor, a los paniaguados de Casado y allegados.

Por lo demás, también cabría una explicación añadida: Espinosa está proponiendo ensayar aquí en España la técnica de Trump, esto es, reconocer en los procesos electorales sólo lo que les convenga.

Me pregunto si alguien le ha recordado a Casado el famoso refrán «Cría cuervos que te sacarán los ojos». Y digo para mis adentros que la Arrimadas hace un mal negocio  manteniendo las relaciones peligrosas con tan chocantes allegados. París bien vale una misa, siempre y cuando no te condicione de por vida. 

Es viernes. Tengo descanso de ambulancia y de radioterapia el fin de semana. No entiendo por qué la Docta ha admitido esa cursilería bitonga de finde. Y sin embargo nunca admitió la popular voz santaferina «cucurumbillo»,  que equivale a ir a hombros. Cucurumbillo es, como puede verse, un término elegante y de posibles orígenes latinos. Cucurum, la parte de arriba.

 

Post scriptum.---  «Lo primero es antes». Así habló don Venancio Sacristán.


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