sábado, 17 de octubre de 2020

Está en primero de Palmiro Togliatti cómo salir de este embrollo


 

Tengo la impresión que la foto con Úrsula von der Leyen no le ha salido gratis a Pablo Casado. Este caballero fue a Bruselas a llorarle en el hombro a la presidenta de la Comisión Europea, a chivarse de los estropicios del gobierno bolivariano español. Doña Úrsula tenía en su portafolio el ´toque de atención´ que le habían dado al gobierno español por el asunto del Consejo General del Poder Judicial.  Un toque chocante, toda vez que no es el gobierno quien ha presentado el proyecto de ley para la renovación del CGPJ sino dos grupos parlamentarios. Que apoyen ambos grupos al gobierno es, para este caso, totalmente irrelevante. Doña Úrsula tenía esa nota en su portafolio. Por lo que, por varias razones, tenía que compensar –casi obligatoriamente— con una fuerte sugerencia a Pablo Casado. Oiga, vendría a decir la von der Leyen, deje de ser el tapón del botellón y negocie de una vez.

Es más, me juego lo que sea a que desde la Unión Europea se ha hecho saber a Pedro Sánchez que ese toque también se le ha dado a Casado. La Unión Europea no puede ir más allá con España por dos razones: primera, porque no tiene motivo alguno para opinar sobre la actividad de dos grupos parlamentarios españoles; segunda, porque España está jugando un importante papel diplomático intentando suavizar el nuevo litigio entre Francia y Alemania con motivo de las tensiones en el Mediterráneo oriental, léase Grecia y Turquía.

Lo dicho, Pablo Casado también ha recibido su toque. Porque ha pasado de negarse en redondo a negociar la renovación de diversos institutos (entre ellos el CGPJ) a pactar con condiciones. Es un paso minúsculo, un movimiento casi imperceptible, pero se ha movido. Digámoslo sin perifollos: se ha movido rematadamente mal y con una exigencia inaceptable. Lo ha hecho planteando un veto: que Unidas Podemos esté excluido de todo acuerdo. Las meninges de Casado no funcionan. Y lo peor que tiene es que calienta las braguetas emocionales de sus seguidores. Abro paréntesis: Casado es un auténtico experto en provocar descalabros. Lo cierro.

Me reafirmo en lo dicho: Pedro Sánchez no puede aceptar ese veto, y me juego lo que sea a que no lo hará. Pero, desde Unidas Podemos, podría venir una solución que hiciera posible las negociaciones. Una solución, digo, al estilo del inteligente movimiento táctico  que hizo Manuel Valls y del que salió elegida alcaldesa de Barcelona, la señora Colau. Una solución que sería fruto de haber aprobado el curso de primero de Palmiro Togliatti.

En resumidas cuentas, hay que bajar la presión de esta olla. La imaginación política de Pablo Iglesias es decisiva para reducir a naíca de ná la estrategia de la confrontación del Partido Popular, que es lo único de que dispone. Y, de ahí, su impotencia.

 

Post scriptum.--- Louis Joseph Gay—Lusac dejó dicho que «la presión de un volumen fijo de un gas, es directamente proporcional a su temperatura». Así es. Y don Venancio Sacristán, mecánico ajustador y filósofo post socrático, enseñaba coram populo: «Lo primero es antes».

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