Muy
antiguamente los mentideros eran esos lugares donde la gente se reunía para
conversar; hoy la gente ha sido
substituida por los tertulianos. Esta es una especie zoológica que se
caracteriza por saber de todo, por conocer y solucionar los problemas, incluso
antes de que aparezcan. Los tertulianos son el polen de la raza. Los más
estridentes, con ensayada sobreactuación, tienen hilo directo y subvencionado
con los laberintos de la caverna. El
griterío de este chusmerío es crónica, patológicamente destructivo.
En todo caso, los mentideros quieren intervenir en el teatro político intentando llevar el ascua a su sardina, quiero decir, procurando incidir en las relaciones de fuerza. La construcción y propagación de bulos sería, así las cosas, una industria estajanovista al servicio de quien paga a esos tertulianos agachados. Ahora bien, dentro de esa taxonomía hay diversas especies: el tertuliano chusquero, que sigue a rajatabla el guión del argumentario que le dan; el tertuliano de grado medio, eternamente becario, que hace como el antiguo hombre del tiempo, vale decir, dando una de cal y otra de arena; y el tertuliano cum laude, que se concede a sí mismo el estatus de consejero aúlico del partido a quien sirve. Naturalmente el caché por actuación varía según el lugar que ocupan en el escalafón.
Ahora estamos viendo que tertulianos de variado signo pretenden interpretar qué hará el Partido Popular post Cayetana Álvarez de Toledo. El carro que fue robado por Cayetana, cuando Casado estaba de romería, apareció al fin con sus atalajes de siempre. Los tertulianos, que hasta hace poco ponían a Cayetana en los cuernos de la Luna, ahora hacen astillas del árbol fulminado. De la maja vestida se ha pasado a la maja desnuda de repente y sin ninguna consideración.
1.--- Sin embargo, los tertulianos de estribor dan la sensación de que tartamudean. No saben dilucidar si Casado se orienta al centro –directamente o con paso moonvalk— o sigue «en su lugar, descansen». O la imitación del caminar de Michael Jackson o, en el fondo, ser una variante de Mariano Rajoy. Aclaro: el hombre de Pontevedra no se movió de la circunferencia de la Brigada Aranzadi, Casado no se mueve de la bronca permanente. Hacen el don Tancredo cada cual a su manera. La diferencia es que Rajoy gestionaba el BOE, mientras que Casado no dispone ni siquiera de una Hoja parroquial que llevarse a la boca.
Ahora diversos tertulianos cum laude vierten en los mentideros --«mentidero de Madrid, decidnos, ¿quién mató al Conde»-- que Casado busca un adelantamiento de las elecciones negándose a negociar los Presupuestos generales del Estado. No tiene por qué ser falso. La argumentación es la siguiente: Casado cree que Pedro Sánchez no conseguirá que se aprueben las cuentas públicas. La pregunta obligada sería: ¿esta es una hipótesis ´de encargo´ o de cosecha propia? Si es cosecha propia poco podemos decir; allá cada cual con sus lucubraciones. Pero si es inducida desde el falansterio de Génova la cosa cambia.
Casado tiene las trazas de volver a equivocarse de medio a medio. Y, además, confunde posibilidad con certeza. Que Casado no cuenta con aliados por derrotar a Sánchez es una certeza (siempre relativa en política); que Sánchez consiga aliados para sacar adelante las cuentas públicas es una posibilidad. Con el BOE en la mano diestra y la chequera en la zurda la posibilidad de aprobar los presupuestos es alta.
Por otra parte, levantamos acta de que Waterloo consigue que las elecciones catalanas agoten una legislatura que ha existido solo en el papel. Mientras que Casado, tal vez inspirando a sus mentideros, prefiere adelantar las elecciones.
2.--- En mi mentidero –no subvencionado ni con parné, ni con especias-- pensamos que hay muchas posibilidades de que el gobierno progresista finalice con nota la legislatura. Siempre y cuando: a) se fortalezca la unidad dentro del Ejecutivo, b) se establezcan las oportunas gestiones para que se aprueben las cuentas públicas, c) se gestionen de manera eficazmente finalista los fondos europeos para la reconstrucción y d) poner en marcha una seria política diplomática en la Unión Europea.
Post scriptum.--- En todo caso, Sánchez agotará la legislatura si aplica la enseñanza de don Venancio Sacristán, obrero metalúrgico y filósofo post socrático: «Lo primero es antes». Por no tener en cuenta esa máxima se dejó matar el conde de Villamediana, que inmortalizó el grabado de arriba.
Mañana
seguiremos con la publicación del libro ´No tengáis miedo de lo nuevo´.
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