miércoles, 10 de junio de 2020

Las heces de Cataluña


No es obligatorio que Pau Donés guste a todo el mundo, especialmente a los desaboríos. Pero tampoco es obligado que quien sea de ese jaez deba exhibirlo, especialmente cuando el cantante está de cuerpo presente. Al menos por caridad montserratina.

Esto es lo que ha sucedido, tras la muerte del primero de Jarabe de Palo, con un grupo de nacionalistas, esas heces de Cataluña. Destaca por su irracionalidad el contenido del retrato que preside este post. Pero no hay que extrañarse: estamos ante una evidente expresión de la decadencia de una corriente, que sigue siendo muy importante, de Cataluña. Decadencia moral, concretamente.

Discrepo de los que califican a estas gentes de supremacistas. A mi juicio no son exactamente supremacistas; simulan serlo como autodefensa de su poquedad, como gratuita exhibición de que son algo en este mundo. De ahí que, en el fondo, deseen ser una mierda a no ser nada. Por eso quieren ser supremacistas como trampantojo de su poquedad.

Parece evidente que esa gente estaba sumergida. Hace ya tiempo que afloró: el nacionalismo político de raíz lombrosiana les ha dado alas. Y desde las más altas covachuelas de la Generalitat se les anima, organiza y subvenciona.

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