Claudio Eliano es un viejo amigo. Me lo presentó
el profesor Gregorio Luri en el café de Ocata.
Eliano, autor de las Historias curiosas, nació en tiempos de emperador Septimino Severo. Parece ser que sus
escritos, una auténtica miscelánea, tenían como objetivo servir para que los
oradores le dieran a sus discursos un toque erudito. Uno de los escritos de
este Eliano dice así:
«Aristipo,
como alguno de sus amigos se lamentaban amargamente, enunció los más diversos
razonamientos con la intención de aliviarlos su dolor, y así se expresó a modo
de prólogo: ´´Yo me he presentado ante vosotros no para unirme a vuestro dolor
sino para ponerle fin´´».
Es
claro que el licenciado en Derecho, con título subvencionado, no se ha
inspirado en este Aristipo. Ese caballerete nació para liarla. «Igualico
que el defunto de su agüelico», que –rectifico con mucho gusto-- no es de la familia Ulises, sino de la abuela
de Agamenón.
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