Andreu Mas--Colell ha
publicado un interesante artículo en El País,
Un pasaje estrecho, pero pasaje al fin (1). De hecho es una condensación
del coloquio que tuvo recientemente con Carlos Solchaga en el Círculo de Economía. El tema del artículo
es ese gusano musical obsesivo que es
el pleito catalán. Se llama ´gusano musical´ --o gusano auditivo-- a ese tic
que se produce cuando una melodía entra en tu cerebro y no consigue salir.
Andreu Mas—Colell tiene una brillantísima
trayectoria académica tanto en España como en los Estados Unidos. Afamado
matemático y distinguido economista es uno de los pocos sabios que nos quedan.
La ciencia perdió una cabeza privilegiada
cuando decidió aceptar el fichaje de Jordi Pujol para participar en las listas electorales
de Convergència i Unió. Empero, en la política ha pasado sin
pena ni gloria, abrumado por las convulsiones y toxicidades de sus amigos y
compañeros de partido, que siempre recelaron –como chusqueros diplomados-- de
su capacidad científica. Del resto de su biografía política no hablaremos, el
lector que esté interesado en ello sabrá dónde encontrar información. Me
permito una curiosidad: Mas—Colell hizo sus primeros pasos en el PSUC, el útero
de la política catalana antifranquista. Cuando
el estado de excepción de 1969 tuvo que tomar las de Villadiego camino de los
Estados Unidos. Mas era miembro del comité de Barcelona del partido junto a Isidor Boix.
Recomiendo vivamente la lectura pausada
del artículo que nos traemos entre manos (abajo tiene el link). El autor da su
opinión sobre el estado actual del procés,
al tiempo que insinúa soluciones; sus conmilitones harían bien en dejarse
llevar por las propuestas de Mas—Colell.
El autor parte de una premisa mayor: «en
la negociación tenemos cuatro sensibilidades … por un lado tenemos a los soberanistas
independentistas, para los cuales una nación debe tener un Estado, y también a
los soberanistas a-independentistas, que puede relativizar la independencia y
poner más énfasis en la preservación de la nación y en el autogobierno». Registro
que el articulista no se alinea en ninguno de los dos sectores.
Por el otro lado –sigue diciendo Andreu Mas-- «en el global español tendríamos la
sensibilidad dialogante y la no dialogante». Se
trata, a mi entender, de una taxonomía
excesivamente simple, pero no errónea. Pero que, en todo caso, contiene una muy
seria limitación.
Veamos,
según el autor en Cataluña hay dos sectores: los soberanistas independentistas
y los soberanistas a—independentistas. Pues bien, el ilustre matemático ha
olvidado –consciente o inconscientemente--
el conjunto de los antisoberanistas. La mitad de la población. George Cantor, padre de la teoría de conjuntos, le habría llamado la atención. Se trata de un
olvido que echa al traste la importancia de este artículo.
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