1.---
Las calles y plazas fueron, ayer, de las mujeres. Algo difícilmente
soportable para la mirada lumpen de las ultraderechas españolas, pero que
también provoca fuertes cortes de digestión en ciertos sectores de la derecha.
Centenares de miles de mujeres marcharon en exigencia de que, de una vez por
todas, acaben los asesinatos de género. Se trata de un potente movimiento que
viene de muy atrás. Vale la pena considerar la novedad que se ha producido en
los últimos tiempos: el movimiento feminista, antiguamente minoritario, se ha
hecho hegemónico entre las mujeres. Más todavía, podríamos decir que los viejos
recelos mutuos –movimiento feminista y la izquierda política-- hoy ya no existe.
Todo ello provoca una durísima urticaria en
la derecha ultra, desde la sociológica hasta la política. Con reacciones y
atropellos que se han incrementado desde el pacto ominoso del Guadalquivir: Vox, Ciudadanos y Partido Popular. Que, entre otras cosas, consolida a
Vox como sujeto legitimante de la violencia de género. El violador ya tiene
quien le defienda y justifique en las instituciones. Sin disimulo y con
violencia. También con cobardía, como fue el caso, ayer mismo, de la
intervención de ese Smith en Madrid.
El desenmascaramiento de Vox es ineludible.
El movimiento de las mujeres está en ello. Pero no puede estar desarropado. Las
izquierdas deben acompañarlo. Es una batalla por la libertad.
2.---
El combate político contra Vox es insoslayable. Las mujeres, como hemos
dicho, son la punta de lanza de ello. Ahora bien, sugiero a las izquierdas
–políticas, sociales y culturales-- que
en dicho combate pongan además la la cuestión social. Vox es, en parte, la expresión del “capitalismo
rentista”. El capitalismo rentista, en la acepción de Martin Wolf, el principal
analista económico del Financial Times. Vox es un amasijo de potingues de gran
toxicidad: neopopulismo, fascismo, libertarianismo, machismo y demás ismos de peligrosa combustión.
Enemigo acérrimo del Estado de bienestar, adversario
de los instrumentos tuitivos del Estado de derecho, especialmente en todo lo
atinente a las conquistas sociales, ofrece un flanco directo por el que atacar.
En otras palabras, hay que derrotar a Vox por tierra, mar y aire.
P/S.--- Asunción
Balaguer (en la foto) no pudo asistir a la manifestación de ayer. Tenía una cita insoslayable con su Paco Rabal.
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