El
presidente destronado Artur Mas ha ido a Waterloo. Conversaciones y
tanteos con Puigdemont:
dos personas que aspiran a lo mismo por medios diversos. El primero quiere
caminar calmosamente y en prosa a la independencia de Cataluña; el segundo
también, pero en versos alejandrinos y salga el Sol por Antequera. Artur Mas ya
no es santo de la devoción del inquilino de Waterloo. Y viceversa. En todo
caso, Cataluña es demasiado pequeña para que quepan estos dos personajes. Ambos
son la expresión de aquel singular zarzuelero: aquel rey moro «que lo tiene tó
y no tiene ná».
Sabemos
que Mas ha planteado en Waterloo que no sería procedente una convocatoria de
elecciones autonómicas en este año. Un zorro al que se le ve el plumero, ya que
está inhabilitado hasta el mes de marzo del año que viene. A Waterloo, según
parece, tampoco le conviene que sean ahora dado que los vientos soplan a favor
de las velas de Esquerra. Naturalmente la sartén está en la mano de Puigdemont. La
tizne de esta sartén decidirá cuándo se convocan las elecciones. Paréntsis: se
sigue sin saber oficialmente quién o quiénes financian la casona de Waterloo y
los gastillos de su inquilino.
Paralelamente
a estas vicisitudes ciertos cenáculos políticos barceloneses están intentando
organizar un nuevo partido. Se trata de agrupar todos los pecios que por ahora
están en el fondo del mar precedentes de los naufragios de fuerzas políticas
diversas: Convergència, Unió, Partido Popular, disidentes de Ciudadanos. Se
trata de una singular agrupación de agraviados, cuyo objetivo es representar lo
que en su día fue el pujolismo más moderado; para entendernos: más made in Cambó. De momento el nombre que más suena es el
de Eva Parera –de los Parera de Barcelona de toda la vida pasada, presente y
futura— cuyo nombre habrá que retener, pues tal vez podría ser la síntesis
entre los diversos in péctore que optan a liderar la nueva formación, cuyo
nombre –nos dicen— sería Lliga
Democrática. ¿Ave Fénix? Ya se verá.
De
momento, la patronal orgánica catalana apoya la operación Lliga. Sabemos
además, que las relaciones entre el presidente del empresariado, Sánchez Llibre, con Parera son excelentes, ambos militaron
activamente en la formación demócrata-cristiana de Duran i Lleida. Esta operación política se ha acelerado tras el
abordaje del independentismo onírico a la Cámara de Comercio que ha puesto en
guardia a las adormecidas mesnadas del empresariado catalán.
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