lunes, 24 de septiembre de 2018

¿A dónde los restos de Franco?



Escribe El Dómine Cebra

Isabel Coixet es una cineasta como la copa de un pino. Es una gran mujer que ha hecho una interesante aportación al áspero debate sobre el destino final de los restos de Franco. Concretamente ha manifestado: «Arrojemos los restos de Franco al mar. No es un desaire, sino un homenaje a su vocación marinera». (La Vanguardia de hoy).

Es una propuesta inteligente y, tal vez, ambigua. Con esa ambigüedad que, decían, caracterizaba al florentino más grande que ha habido, al menos hasta la presente, Dante Alighieri. Con los restos del general sublevado en el fondo del mar, de un lado, nos evitamos que se convierta en un lugar de romería y, de otro lado, sus parciales pueden sentir que se le rinde un homenaje.


Ahora bien, no podemos descartar que Coixet esté influenciada por los usos y costumbres de Santa Fe, capital de la Vega de Granada. Una de las señas de identidad de esta afamada ciudad es su potente retranca, que allí recibe el nombre de malafoyá. ¿Homenaje al Dictador? Psé. Todos sabemos que Franco tenía una tremenda ojeriza a la Armada. No fue admitido en la Academia Naval, a pesar de ser hijo del cuerpo. Su padre fue General intendente de la Armada. De donde inferimos que la propuesta de Coixet contiene algunas arrobas de sorna. Perdón, de malafoyá santaferina. 


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