Satisfacción en ciertas
cancillerías europeas por la publicación de los tuiters del presidente a medias
de la Generalitat de Catalunya. Celebración por todo lo alto en las escuderías
xenófobas. La frase común es «este Torra es de los nuestros». Es la internacionalización de un
pensamiento que, aunque minoritario, siempre estuvo en ciertos recovecos de la
vida política y cultural de Cataluña. Y simultáneamente estupor al por mayor en
los gobiernos de la Unión, en los medios de comunicación y en las opiniones
públicas. Es como si se dijeran que con eso no contaban. El acto de atrición de
Torra, desmarcándose de sí mismo, es algo ya visto.
Quienes con toda la razón del
mundo le han sacado los colores al presidente a medias han denunciado el
carácter directamente xenófobo de los tuiters. Las derechas políticas han
golpeado el esófago de Torra. Pero nadie ha sacado otro famoso tuiter que,
provisionalmente, dormía en los archivos ciberespaciales. Es éste: «Aquesta
colla de ximples dels indignats ens porta directamente al cinqué món». Que
traducido literalmente afirma que «estos tontos de los indignados nos llevan al
quinto mundo». Un tuiter clasista.
La historia es la siguiente: la
aparición del movimiento de los indignados provocó en Cataluña una fuerte
conmoción. Los estados mayores del independentismo tomaron nota de que los
indignados utilizaban indistintamente las lenguas catalanas y castellanas en
sus intervenciones; que nunca usaron las claves del nacionalismo y que, por así
decirlo, aquello no tenía visos de ser domesticado como lo estaba siendo una
parte de la izquierda y algunos movimientos. Los indignados eran otra cosa, que
interfería un proyecto todavía no explícitamente indicado de transformar el
nacionalismo en independentismo tout
court. Los estados mayores tomaron
nota, además, de que aquel movimiento tampoco era subalterno de las izquierdas
acomodaticias. Por lo tanto, era el momento de proponer un relato rupturista para taparlo todo.
Que convenía al gran convergente, acosado por el fango de la corrupción y de
los recortes en las políticas sociales. En ese contexto aparece el tuiter del
presidente a medias. Los indignados son unos tontos (ximples) que nos llevan al quinto mundo, es decir, a lo que no es
Cataluña.
Llamo la atención a que, desde
las derechas, nadie ha hablado de ello. Normal. Lo tienen archivado a la espera
de que puedan utilizarlo cuando Quim Torra siente la cabeza. (De esto y otras cuestiones hablaré en Mataró el martes, día 22, cuando la tarde languidece y renacen las sombras)
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