Uno de los escollos más
complicados para el reparto de la túnica sagrada es quién corta el bacalao en
los medios audiovisuales catalanes. No es lo único, pero sí lo más sensible en
las negociaciones que se traen entre manos los neo convergentes y los de Oriol Junqueras.
Así es que sigue complicado el asunto de formar gobierno en Cataluña.
De todas formas, aclaremos que
no se trata de controlar los medios; la cosa va de ocupar los medios. Una
operación que tiene como objetivo el gobierno de la narración del presente y,
sobre todo, del mantenimiento de la llama sagrada del independentismo. Los
escribas sentados y los bustos parlantes con un servicio a machamartillo del
Ocupador. Esta, como digo, es la batalla central entre las diversas behetrías
del independentismo. De los almogávares chicos. En otras palabras, la túnica
sagrada tiene una joya: el aparato de agitación y propaganda.
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