Desencuentro en Comisiones Obreras
Dos posiciones
divergentes en Comisiones Obreras han aparecido a la luz pública. No sobre una cuestión
menor, sino sobre el tema catalán y, más
concretamente, sobre el 1 de Octubre. Sus protagonistas son la Ejecutiva
confederal y la dirección catalana. La primera con su reciente declaración; la
segunda en dirección claramente opuesta. El momento del disenso se manifiesta cuando
la Ejecutiva confederal plantea, tras pedir el cese de las actuaciones--jurídico
policiales, «la
suspensión del proceso hacia el 1 de octubre para habilitar un marco
democrático y de normalidad para el ejercicio de la política» (1). Es
visible que la dirección catalana va por otro camino. El desencuentro no es de
ahora, viene desde el inicio del procés.
El problema es que en estos momentos estos trapos se están ventilando a la luz
pública.
Hace
años –eran tiempos de Toxo y de Gallego-- empezaron
los primeros matices entre unos y otros. Algunos empezamos a preocuparnos por
la falta de sintonía. Fue entonces cuando propuse a Toxo, a través de amigos
comunes, que buscara la manera de abordar con las CC.OO. de Catalunya la
búsqueda de una aproximada solución a lo que ya empezaba a ser un contraste no
irrelevante. Les hacía ver que, de no corregirse, el desencuentro se ampliaría.
Toxo,
según parece, no admitió la sugerencia. Con lo que su falta de perspicacia fue ahondando
las diferencias. Vale decir que nunca planteé la solución del desencuentro en
clave de disciplina sino de coherencia. Que, ahora puede recuperarse, siempre y
cuando unos y otros hablen sin prejuicios. O, por lo menos, empiecen a hablar. Dejar
que las cosas se pudran lleva a estas situaciones.
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