«Cuando le preguntaron a Aristóteles qué era lo más
difícil en la vida, dijo: callarse». Nos lo ha recordado el filósofo de Ocata,
posiblemente con una intención aleccionadora (1). Es un contratiempo para mi carácter
entrometido, que no sé rebatir. En todo caso, me aplico al cuento, aunque sólo
por hoy. Así pues, me callo. Mañana será otro día.
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