Jordi Pujol,
la familia y sus hechuras podrían ser amnistiados tras la hipotética
independencia de Cataluña. Es lo que se desprende implícitamente de la llamada
«Ley de desconexión catalana», que ayer hicieron público Junts pel Sí y la CUP.
Según La Vanguardia el texto de referencia
dice exactamente: «Todos los juzgados catalanes sobreseerían todos los procesos
penales contra investigados o condenados por conductas que buscasen un
pronunciamiento democrático sobre la independencia de Catalunya». Digámoslo
claro, se prima la chacinería personal de dirigentes políticos que han
esquilmado recursos –incluso para Cataluña y los catalanes— que podría haber
ido a lo que se denomina el Estado de bienestar. Curiosa manera, pues, de
entender que ese saqueo era un pronunciamiento por la independencia de Cataluña.
Se trata de un redactado que
hubiera horrorizado a Kelsen y Bobbio, pues no se entiende qué relación lógica hay
entre lo uno (meter la mano en la caja) y lo otro: servir una causa. En todo
caso, el sector irascible del independentismo encontrará el hilo conductor. La
causa, dirán, bien vale una amnistía.
Quede claro: no se trata de una
chapuza, sino de otro disparate caballuno.
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