Los congresos de Comisiones Obreras están, como quien dice, a la vuelta
de la esquina. Los documentos de algunas organizaciones están ya a disposición
de sus afiliados y –me dicen-- todo
augura que hay un fuerte empeño en que el debate y la participación tendrán una
considerable amplitud.
En lo atinente al congreso
catalán nos encontramos con una novedad digna de señalarse: se ha abierto el
tiempo de la presentación de las candidaturas a dirigir el sindicato,
concretamente la secretaría general. De momento, por lo que sabemos estamos ante un candidato, Javier Pacheco. Su extensa biografía le avala
suficientemente: dirigente sindical de Nissan, miembro de la Federación de
Industria y, posteriormente hasta nuestros días, secretario general de la
misma.
Primera consideración: los
tiempos que corren no son fáciles para el sindicalismo, son duros y ásperos
para los sindicalistas. Quienes se atreven a meterse en esa harina candeal son
gente con coraje; antiguamente se diría que con redaños. Y, en paz con Thomas Mann, diremos que, por lo general, son
«personas de gran formato».
Segunda consideración: quienes
opten por estar al frente de Comisiones Obreras,
que es el caso que ahora nos ocupa, saben que tienen una gran responsabilidad
–y más en estos tiempos— sobre sus espaldas. Este es el caso, por ejemplo, de
Pacheco y de quienes opten por competirle en buena lid en la elección del
cargo.
La novedad, decíamos, es que la
presentación de esta candidatura se hace con el tiempo suficiente para que el
grupo de electores tenga detallada información de quién es el candidato. Y, si
por las razones que sean es el único, se llega al congreso –al menos en esa
responsabilidad-- con una tarea
razonablemente despejada. Y, por así decirlo, desdramatizada.
Ciertamente se pueden hacer las
cosas a la manera tradicional. Esto es, esperar al último minuto. Pero yo
entiendo que ese método es poco transparente, ya que sitúa a la afiliación como
simple espectadora. De ahí que, con amable descaro, pregunte si Toxo va a seguir en silencio o qué, vale decir, si va
a mantener el método tradicional o a provocar una chispa de innovación en este
caso. Porque no es irrelevante saber si va a presentar su candidatura y cuándo
para la secretaría general del sindicato.
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