lunes, 7 de noviembre de 2016

Momentos innovadores de CC.OO.




Hay una desmemoria intencionada que intenta ocultar los antecedentes de lo que en un momento concreto se intenta poner en marcha. Los organizadores de esta desmemoria intencionada se presentan como los innovadores de ciertos usos políticos, esperando que tal vez nadie les llamará la atención. Pongamos que hablo de ese instrumento de las primarias. Poco importa ahora dilucidar qué partido fue el primero en usarlas. Lo que vale la pena es saber el origen en nuestro país de esta experiencia. Así pues, reto a desmentir lo que viene a continuación.

En las primeras elecciones sindicales, ya en democracia  (1978),  al menos en Cataluña –ahora no recuerdo si también en otros lugares--  se impuso una costumbre para seleccionar los nombres y el orden en la lista de la candidatura de Comisiones Obreras. Los candidatos se apuntaban, la asamblea (de afiliados y no afiliados) discutía y votaba nombre por nombre con el lugar que debía ocupar en la lista. Esta costumbre se impuso y se generalizó en la gran y mediana empresa. Cierto, no tenía rango estatutario, pero acabó arraigándose. Vale la pena decir que no había necesidad alguna de campañas electorales: la persona era suficientemente conocida por su trayectoria en el centro de trabajo. Esa era la mejor garantía. De tan razonable costumbre salieron los dirigentes del sindicato. Y en tan participativa técnica se forjó una democracia sindical próxima, cercana; vecina, he llamado en otras ocasiones.

Que dirigentes de unos u otros partidos se ufanen de ser los primeros en el uso de las primarias cabe dentro de su interesada auto referencia, pero que los politólogos y analistas digan llamarse Andana es algo alarmante. Les recomendamos más investigación y, sobre todo, los acreditados rabillos de pasas que, se decía antiguamente, que era un remedio eficazmente casero contra la falta de memoria.


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