martes, 22 de septiembre de 2015

Los sindicatos y la independencia de Cataluña





Los secretarios generales de CC.OO. y UGT, Toxo y Méndez, se declararon ayer contrarios a la independencia de Cataluña. La respuesta de los dirigentes sindicales catalanes de ambos sindicatos fue tan rápida como escueta: “nosotros estamos por el derecho a decidir”. Se hace notar que: a) Toxo y Méndez no hablan del derecho a decidir, y b) que, en la respuesta catalana, no se menciona si están a favor o en contra de la independencia de Cataluña. Sea como fuere, el caso es que estamos ante un desencuentro no irrelevante. Que, ciertamente, no es de ahora.

Dispénsenme un meandro: la historia de las relaciones entre, al menos, Comisiones Obreras de Cataluña y la confederación general ha habido no pocos contrastes. Hablo de mis tiempos, naturalmente. Pero con la misma claridad debo decir que, cuando surgía uno de ellos, practicamos en diálogo, no siempre fácil, y tras las síntesis sucesivas nos poníamos de acuerdo. Me refiero a los tiempos de Marcelino Camacho y Antonio Gutiérrez, dos interlocutores potentes. Pues bien, no es esto lo que sucede ahora: el desacuerdo es público y de gran envergadura. Se acaba el meandro.

Hace más de un año, algunos percibimos que con relación a la cuestión catalana los sindicalistas confederales y los catalanes iban acentuando sus matices hasta llegar a convertirse en divergencias, que aunque no públicas eran la comidilla de los allegados a unos y otros. Algunos planteamos la necesidad de que se hablara sin prejuicios, con claridad. Hasta donde sabemos, nadie –lo que incluye por extensión a los dirigentes estatales--  hizo movimiento alguno de acercamiento de posiciones. O, tal vez, se hicieron y, así las cosas, constataremos que no han llegado a síntesis alguna.


De haberse llevado a cabo tal debate alguien hubiera planteado el problema, si es que lo hay, entre una hipotética independencia de Cataluña y la relación entre unos y otros; alguien hubiera puesto encima de la mesa si, en esa situación, qué vínculo tendría el sindicalismo catalán con la Confederación Europea de Sindicatos; alguien hubiera alertado de que, con razón o sin ella, la Organización Internacional del Trabajo (compuesta por sindicatos, empresarios y estados nacionales) no admitiría a Cataluña en su seno. Pero de ello (ni de nada) se habló entre, por simplificar, Madrid y Barcelona. Nadie, en Madrid tampoco, supo ni quiso anticiparse a los movimientos. Desde luego, Fernández Toxo tendrá que apechar, durante toda su vida, con su falta de reflejos ante esta cuestión. Por lo demás, así las cosas, ¿sabemos a ciencia cierta que la opinión de Toxo es compartida por el conjunto –o, al menos, por la mayoría-- de la CS de Comisiones Obreras o es un pronto

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