martes, 21 de julio de 2015

Las izquierdas y la innovación tecnológica



Lluis Hernández in memoriam


¿Qué lugar ocupan las grandes transformaciones tecnológicas en el discurso y el quehacer de los dirigentes políticos y sociales?  ¿Qué vínculo existe entre estas mutaciones de época y las decisiones que se toman e unas u otras sedes? ¿Hemos oído alguna vez a nuestros líderes relacionar sus propuestas, patológicamente siempre en clave de más-de-lo-mismismo, con tales cambios en permanente metamorfosis? Que levante la mano el afortunado y nos concrete cuándo, dónde y qué dijo sobre el particular.

Más todavía: ¿qué nexo establecen los programas políticos y sociales con las consecuencias de estas transformaciones en la condición concreta de trabajo y vida de las personas de carne y hueso. Agradeceré francamente una respuesta sobre ello.

¿Qué nueva estratografía se está originando mientras en la base de la producción y los servicios, en una vasta reestructuración tectónica se opera a todo meter tan galopantes novedades? Soy todo oídos.

Con relación a estos elementos, séame permitido preguntar con irreverente fisgonería: ¿hay algún elemento de distinción entre las fuerzas consideradas emergentes con sus hologramas incluidos y aquellas de pasado glorioso, aunque hoy un tantico distraídas?

Esta gran transformación itinerante tiene una dimensión global. Pero, comoquiera que los actores políticos y sociales actúan de espaldas a tales cambios, sus consecuencias son claras: viven en los estrechos márgenes de sus respectivos campanarios. Lo uno fatalmente lleva a lo otro.

Mientras estos actores –viejos y nuevos--  mantienen su  desvinculación (del hecho tecnológico y, por ende, de la globalización), su aldeanismo parroquiano se aleja del mundo real al tiempo que la empresa y el centro de trabajo realmente existente se convierte en el sujeto activo que lo determina casi todo. De un lado, la política se deslegitima, mientras la empresa avanza en la re-legitimación. Un avisado Antonio Baylos ya dio el grito de alarma, en sus años mozos, en su obra canónica Derecho del trabajo, derecho para armar

La vieja izquierda ha ido aceleradamente olvidándose de su relación con las grandes mutaciones. No parece que la nueva izquierda corrija el tiro. Con lo que corre el peligro de convertirse en una izquierda a la remanguillé. En todo caso, digamos que en teoría ambas izquierdas todavía están a tiempo de autocorregirse.


           

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