miércoles, 3 de diciembre de 2014

¿HABRÁ GRAN COALICIÓN PP Y PSOE?




In memoriam Enrique Fossoul



La irrupción de Podemos en la arena política española está removiendo los grandes y pequeños entresijos de la política por arriba. No hace falta insistir en el hecho de que tan espectacular sacudida es más sorpresivo dado que, en el convencional panorama político español, Podemos es todavía una fuerza no representada en el Parlamento. Que actúa, además, e influye como si tuviera decenas y decenas de diputados. Pues bien, nada más constatarse la representación en el europarlamento empezaron los movimientos peristálticos en babor y estribor. Y al igual que Rebeca en la película de sir Alfred, Podemos no dejaba de ser referido para bien y para mal.

Y los grandes intereses empezaron a darle vueltas a la cabeza. Desde el sanedrín del PSOE surgieron voces que indiciaron, con un hilillo de voz, la necesidad de una gran coalición entre dicho partido y el Partido popular. También desde el mundo de las finanzas se oyeron indicaciones en el mismo sentido. A fin de cuentas: si la gran coalición alemana no representa una heterodoxia para la socialdemocracia, ¿por qué iba a serlo en España? Y en esa dogmática parece que se ventila el asunto.

Los nuevos dirigentes del PSOE –según me cuentan voces aproximadamente solventes--  están resistiendo el embate de su propio sanedrín: los más visibles fueron lo de la elección de Juncker para la presidencia de la Comisión Europea y el asunto del artículo 135 de la Constitución. Más todavía, los nuevos dirigentes del PSOE saben que «los viejos galápagos nunca mueren», como dejó enseñado Manuel Vázquez Montalbán en su novela sobre César Borgia. De manera que los chavales de la dirección del PSOE tienen una papeleta asaz complicada.

Los galápagos disfrazarán la necesidad de la gran coalición como una necesidad de Estado y, más concretamente, de la gobernabilidad. Los chavales no querrán ser los sepultureros de un partido más que centenario o, por lo menos, no quieren que «PSOE» sea una palabra muerta como, por ejemplo, «alfonsear» o «churriana». Ya veremos quién gana esa batalla en el interior del socialismo español. La cosa no está clara. 

Radio Parapanda.--    POLÍTICA CONSTITUYENTE


  

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.