De momento
han terminado dos importantes y complejos conflictos, precisamente del mismo
sector industrial: Panrico y Coca Cola. Sus salidas han sido diametralmente
opuestas: victoria clamorosa en Coca Cola; lo contrario en Panrico. La larga
huelga de Panrico ha hecho que, durante algunos meses, haya coincidido con la
de Coca Cola. Reconozco que no estoy en condiciones de ponderar ambas
situaciones, y en esa situación parece que se encuentran no poca gente:
sindicalistas, analistas laborales y los alrededores de todos ellos.
Lo normal,
en estos casos, sería que hablaran los afectados y dieran su punto de vista. Lo
lógico es que la Federación
analizara meticulosamente ambos conflictos y nos tuviera al tanto. Lo normal y
lógico, en fin, es que los grupos dirigentes confederales explicaran pedagógicamente
qué ha ocurrido, no dejándose nada en el tintero.
Creo que de entrada hay que empezar a reconocer públicamente el trabajo meticuloso y felicitar a los abogados y economistas que han trabajado en las demandas y periciales de ambos despidos colectivos. Es un trabajo "invisibilizado", del que nunca se habla como si se consiguieran estas cosas "por arte de magia" contra empresa multinacionales y en terrenos judiciales no siempre favorables, pero imprescindible para lo que estamos hablando. Es la combinación de militancia sindical, estrategia de huelga y presión social con trabajo técnico de alto nivel lo que a la postre nos ayuda a entender estos procesos. Las sentencias al fin y al cabo dependen de tribunales que no siempre se posicionan en defensa de los trabajadores y trabajadoras. Hay comentarios sobre ellas y tendremos ocasión de hacerlo en el debate financiero-económico y productivo.
ResponderEliminarEl resultado de los conflictos, que no empiezan y acaban con una sentencia -aunque los condicionan sobremanera sin duda-, depende en mi opinión de cómo se ha llegado al proceso judicial (acuerdo / no acuerdo) y del enfoque que han tenido los periodos de consultas, del trabajo sindical previo y de la correlación de fuerzas sociales en las empresas (sus políticas sindicales), en definitiva del poder de negociación construido para combatir las políticas empresariales y plantear alternativas.