Tiene
razón Paco Rodríguez de Lecea cuando en su última entrada, aquí mismo, dice que
«las conclusiones que extrae Riccardo
Terzi del
empeñado debate sobre el «Sindicato y política» desarrollado en este blog tienen la virtud de sugerir nuevos
desarrollos». Lo comparto plenamente. Es más, considero que tales «desarrollos»
pueden redundar en la creación de más espacios para la iniciativa reformadora
del sindicato. Uno de ellos podría referirse al universo (o pluriverso, al decir de Norberto Bobbio)
de la representación. En ese sentido podríamos partir de lo que el mismo Terzi sugiere:
el sindicalista como «experimentador social». Lo que equivaldría a una representación
que continuamente está experimentando nuevas maneras de intervenir en el
trabajo que cambia.
Las
cosas, en efecto, no son fáciles. Ya lo advierte Maurizio Landini: «En el
momento en que la sociedad se hace más compleja, cuando en una misma categoría
social se mezclan sujetos diversos, reunirlos para encontrar una solución
compatible para todos llega a ser algo muy difícil. Cuanto más se articula la
realidad de los representados más se complica la vida de los representantes. Y
de las organizaciones» (1). Lo que es evidente también en el centro de trabajo,
en el sector y en el territorio. Es una complejidad que, en unos casos, viene
por las transformaciones estructurales de los aparatos productivos, en otros,
como el resultado de medidas políticas orientadas a la precarización del
concreto mercado de trabajo. Amén de la conjunción de ambos elementos. Ahora
bien, todo ello que es cierto, que está ahí con su potente fisicidad, podría
llevarnos a tener la excusa definitiva ante las dificultades que acertadamente
señala Landini. Quien, a continuación, señala que «la crisis provocada por la
mala representación es también una crisis de comprensión de la sociedad».
Dándole a mala el significado de
ineficaz, naturalmente.
Así las
cosas, es pertinente recordar que el sindicalismo es representación del
conjunto asalariado. Representación para humanizar el trabajo, mejorar el tenor
de vida de la gente, darle sentido y proyección a la acción colectiva. De ahí
que la forma-sindicato es, fundamentalmente, la forma de su representación,
partiendo de que representar no solo
es ser votado sino interpretar a los
representados en todas sus diversidades y tipologías (de contrato de trabajo,
de género, de edad, de sector…). Es decir, cuando la representación deviene
«representatividad». Que no es otra cosa
que la conversación permanente entre el representante y los representados.
He referido
en otras ocasiones dos experiencias históricas que jugosamente vienen a cuento
con la idea de Terzi del sindicalismo como «experimentador social». Una es
doméstica cuando nuestro Joan Peiró supo meter en la cabeza a la CNT el tránsito de los viejos
sindicatos de oficio a las federaciones de industria (2). El otro, muchísimo
más reciente, es el cambio de representación de las viejas Comisiones Internas
(Italia) a los consejos de fábrica a partir de los primeros años setenta del
siglo pasado. Ni qué decir tiene que ambas experiencias encontraron algo más
que serias resistencias de los que, tal vez, consideraran que la forma
sindicato estaba definitivamente dada por los siglos de los siglos.
Lo cierto
es que, con muchos titubeos, las federaciones de industria y los consejos de
fábrica se impusieron porque la forma sindicato, en ambos casos, había entrado
en contradicción con el desarrollo de las fuerzas productivas. El mecanismo de
freno de la obsolescencia de los viejos instrumentos sindicales no eran los
sindicalistas, sino el carácter del organismo que, en tanto que tal, era ya
ineficaz. Siguiendo a Landini se había convertido en una mala representación. Bruno Trentin incide en que no era incapacidad
de los representantes: «los miembros de las Comisiones Internas eran, en gran
medida, los mejores cuadros del sindicato, hombres y mujeres que siempre se
orientaron a la defensa de los intereses de los trabajadores, desafiando la
represión patronal de los años cincuenta [del siglo pasado]» (Bruno Trento, Il coraggio dell´utopia. Una entrevista de
Bruno Ugolini. Página 203. Rizzoli,
1994).
O lo que es
lo mismo: la necesidad, que entiendo yo, de investigar y experimentar en el
sindicalismo español nuevas formas de representación debe hacerse con los
actuales representantes de los trabajadores en el centro de trabajo. Y no por
una cuestión pragmática (están los que son) sino porque han mostrado y
demostrado su quehacer, sus sabidurías y conocimientos, con una vasta
experiencia de hechos negociales y de ejercicio del conflicto. Más todavía, ese
tránsito a la nueva forma-sindicato se hace, ¡faltaría más!, con el sindicato
realmente existente.
¿Por qué la
necesidad del tránsito de la vieja representación sindical española –léase, los
comités de empresa-- a lo nuevo (el
sindicato unitario en tanto que tal en el centro de trabajo)? Por las razones
que verá el paciente lector en: “UNA CONVERSACION PARTICULAR. SOBRE EL ACTUAL MODELO DE REPRESENTACION”, http://theparapanda.blogspot.com.es/2007/02/una-conversacion-particular.html
Por último, la necesidad de darle más vueltas a la cabeza
en torno a la representación viene, también, a cuento por un elemento que por
lo general es ignorado en el sindicato. La mayoría de los trabajadores
españoles no están afiliados a ninguna organización sindical. Y, sin embargo,
están “representados” según la ley en las negociaciones colectivas y acuerdos
interconfederales por los sindicatos. Lo que, convendrán ustedes conmigo, es
una anomalía. No planteo que se elimina esa situación. Lo que sostengo es que
esa anomalía hay que resolverla mediante la conversación permanente entre la
“representación” sindical y el conjunto de los trabajadores no afiliados.
(1) Maurizio Landini en Forza lavoro (Feltrinelli, 2013), que
esá en fase de traducción al castellano a cargo de la pulcra mano del profesor
Javier Aristu.
(2)
Joan Peiró. Discurso de Clausura del Congreso de la CNT , Sants (Barcelona) 1 de
julio de 1918: http://www.veuobrera.org/00finest/918dis-p.htm
Radio
Parapanda. Nuevo blog: Il Piano del lavoro de la CGIL http://ilpianodellavoro.blog.rassegna.it/
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