Hay candidatos que en campañas electorales suelen
sacar lo más sórdido de su personalidad. No se trata de improvisaciones, de un
pronto que de golpe y porrazo les retrata. Son conceptos almacenados en la
rebotica del pensamiento a la espera de la mejor ocasión de soltarlos a un
auditorio que, en ocasiones, espera sangre. Es la mugre que, en mayor o menor
proporción, tienen algunas campañas electorales. Pongamos dos casos.
Uno, López Tena ha dicho que “prefiere una dictadura
catalana independiente a una Cataluña democrática dentro del Estado español”. Es
un concepto que le descalifica no sólo como demócrata catalán sino como demócrata
a secas. Es, por supuesto, un insulto de enormes proporciones a quienes han
luchado por las libertades democráticas y nacionales de Cataluña, al margen de
si pugnaban por un país separado o dentro de España. Lo más fácil sería decir
que este caballero está loco de atar. Pero esa no es la cuestión: este López
está cuerdo y, desde ahí, dice lo que piensa.
Dos, un tal Roger Torrent, candidato de Esquerra Republicana
de Catalunya, se suelta la boca y proclama: “Es mejor una Cataluña
independiente de derechas que de izquierdas dentro de España”. Que, aunque no tiene la gravedad de lo dicho
por López, sugiere lo chocante de contrariar la caracterización de izquierdas
de su formación política (1). Más todavía, parece indicar que la Cataluña sólo puede ser independiente
si cuenta con la respetabilidad de
ser de derechas.
En otro orden de cosas, oído cocina lo dicho por
Joan Herrera: “el fraude fiscal en Cataluña supera los 16.000 millones. Es
decir, los catalanes ricos roban al resto más de lo que se le atribuye al
expolio fiscal del resto de España”. Algo que, hasta la presente, nadie había
dicho. Más todavía, algo que se había ocultado celosamente para no infundir
sospechas.
Ahora bien, al igual que en tiempos antiguos algunos
afirmaban que los misiles norteamericanos eran mortíferos y asesinos, mientras
que los soviéticos tenían olor a santidad, el fraude fiscal español es como una
sanguijuela, el de los ricos catalanes es patriotismo del bueno.
Por lo demás, nada nuevo hay
bajo el Sol. Fueron los ancestros políticos de López y Torrent quienes
exigieron que volviera a Barcelona aquel Severiano
Martínez Anido para enfrentarse a las turbas obreras de
Salvador Seguí y Simó Piera (catalanes desde los tiempos carolingios) que pedían
mejoras condiciones de vida, libertades y derechos sociales. Algo que para
aquellos ancestros de López y Torrent no era respetable. Y, por eso, financiaron el asesinato de
Salvador Seguí.
(1) La fuente de estas declaraciones es de Joan Boada i Masoliver.
(1) La fuente de estas declaraciones es de Joan Boada i Masoliver.
Me parece que se están dado cuenta un poco tarde don José...
ResponderEliminarLa izquierda, la seria , la obrera, la de verdad, tiene mucha culpa por sus complejos de lo que está pasando en Cataluña.
Acabo de leer a Vicente Navarro en Público y es el mismo mantra de siempre "el problema es el nacionalismo español"...
Pero, ¿se cree esto alguien con el nivel de autogobierno que tiene Cataluña hoy?.
Qué triste es todo.
Saludos desde Asturias.