Sin lugar a dudas las movilizaciones de ayer tienen una gran importancia y el tiempo dirá hasta qué punto van a dejar un humus sociopolítico consistente y de largo recorrido. De momento es conveniente traer a colación dos consideraciones: 1) la capacidad de arrastre popular del movimiento de los indignados, y 2) la coparticipación en la jornada del movimiento sindical. Ninguno de los dos sujetos coparticipantes deberían minusvalorar la presencia de ese (coyuntural) machihembrado. Por otra parte, tampoco ninguno de los dos haría bien en disfrazarse del otro, a saber, los indignados vestirse de sindicato, ni éste calzarse las botas del movimiento 15 M. Son dos cosas diversas, aunque no contradictorias. Diríase que son dos trenes que circulan por dos vías paralelas. Eso sí, a pesar de que la tradicional geometría de Euclides enseña de que dos vías paralelas están condenadas a no juntarse, es posible que ambos trenes puedan compartir (diversamente) el mismo paradigma. Es más, pienso sinceramente que es necesario que lo compartan. Creo entender a Antonio Baylos cuando habla de “convergencia de conflictividades” de ambos sujetos (1).
Entiendo que cada cual se mueve en un escenario en el que existen amplias zonas de intersección compartidas. Ahora bien, las tareas de uno y otro son diversas como diverso es el lugar de donde procede la legitimación de ambos. Pero si se desvirtúa la función de uno u otro (o de ambos en cretina competencia), el 15 M acabaría siendo un movimiento protosindical y el sindicato se trasvestiría en una cohorte pansindical. Alerta, pues, a la disputa de un territorio sobre la base de un baile de máscaras.
A mi juicio son dos los temas a compartir (diversamente) dentro de un mismo territorio: a) la exigencia de calidad democrática y rejuvenecimiento de esta democracia envejecida, y b) las conquistas del Estado de Bienestar. Este es el empeño reformador que debe compartirse desde la diferencia de ambos sujetos. Ello no quita, sino que presupone, los contagios de quienes deberían propiciar una convergencia de proyecto y conflictividades, por usar la expresión baylosiana. Lo que ignoro es qué prerrequisitos son necesarios para proceder a esa necesaria operación. Tal vez hablando de tú a tú y sin guiones previamente establecidos podría avanzarse.
(1) LOS MERCADOS SUSTITUYEN A LA POLÍTICA: HACIA UNA DERIVA ANTIDEMOCRÁTICA
Entiendo que cada cual se mueve en un escenario en el que existen amplias zonas de intersección compartidas. Ahora bien, las tareas de uno y otro son diversas como diverso es el lugar de donde procede la legitimación de ambos. Pero si se desvirtúa la función de uno u otro (o de ambos en cretina competencia), el 15 M acabaría siendo un movimiento protosindical y el sindicato se trasvestiría en una cohorte pansindical. Alerta, pues, a la disputa de un territorio sobre la base de un baile de máscaras.
A mi juicio son dos los temas a compartir (diversamente) dentro de un mismo territorio: a) la exigencia de calidad democrática y rejuvenecimiento de esta democracia envejecida, y b) las conquistas del Estado de Bienestar. Este es el empeño reformador que debe compartirse desde la diferencia de ambos sujetos. Ello no quita, sino que presupone, los contagios de quienes deberían propiciar una convergencia de proyecto y conflictividades, por usar la expresión baylosiana. Lo que ignoro es qué prerrequisitos son necesarios para proceder a esa necesaria operación. Tal vez hablando de tú a tú y sin guiones previamente establecidos podría avanzarse.
(1) LOS MERCADOS SUSTITUYEN A LA POLÍTICA: HACIA UNA DERIVA ANTIDEMOCRÁTICA
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