sábado, 16 de julio de 2022

Italia, la degradación de un antiguo burdel


 

 Escribe: Pelópidas 

Cómo tenemos que vernos para que un servidor, en puertas de sus primeros ochenta años, lamente la dimisión de Mario Draghi como presidente del gobierno de esa cosa que se llama Italia.  Cómo tenemos que vernos –digo— para que le pida al premier italiano que archive su decisión para cuando escampe. Sí, esa cosa que se llama Italia:

«¡Ay sierva Italia,/ del dolor albergue,/
nave sin timonel / en gran borrasca,/
no dueña de provincias, sino burdel!», 

dijo irritadamente el Dante.

Pero si no es positiva la dimisión de Draghi, menos lo es el comportamiento de ese grupo colecticio de partidos,  partidillos y grupos de unos y otros, que han provocado esa decisión. Italia es, hoy por hoy, una descomunal morondanga que añade menos seriedad a esta Europa en guerra, con una crisis económica, todavía no libre de la pandemia y unas perspectivas poco claras. Más alfalfa para Putin.

Italia, mejor dicho su abigarrado ecosistema político, trata esta situación anormal con el follón de su normalidad tradicional, esto es, a golpe de crisis, mociones de censura y cabildeos de gente que aparenta sofisticación.

Por último, hecho a faltar un análisis serio, con punto de vista fundamentado del porqué Italia ha dejado de ser en los últimos treinta años una constelación luminosa para convertirse en un nano planeta donde el Dante ha sido substituido por don Marcial Lafuente Estefanía.

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