«Me maravilla
y reconforta que alguien que ha visto y vivido en primera persona tantísimas
cosas, como don José Luis López Bulla, tenga esa ilusión desbordante ante el
nuevo Gobierno, eludiendo la personalidad de su presidente, que -con todo
respeto por otras opiniones- a mí me parece humanamente impresentable». Así ha
hablado mi amigo Luis Garnacho –jurista en busca de mayor lucidez--
comentando uno de mis ejercicios de redacción en este
mismo blog. Por eso he creído necesario responderle personalmente y, comoquiera
que él lo ha hecho públicamente, un servidor le corresponde amablemente con el
carácter abierto de esta respuesta.
Querido Luis,
me alegro de que te reconforte mi posición sobre el nuevo gobierno. Ahora bien,
no entiendo que te maraville, pues lo extraño sería que yo mostrara
desinterés por el programa de gobierno.
Un programa que, como sabes, es inseparable «de la personalidad de su presidente».
Que a ti te parezca que Pedro Sánchez sea «humanamente impresentable» ni
quita ni añade nada substancial al programa de la coalición progresista. De entrada se trata de una opinión subjetiva
que entraría en el campo de la psicología, que es un tema ignoto para un
servidor.
Querido amigo,
no se trata de una «ilusión desbordante» sino de un interés concreto, material.
Así, pues, ¿debo ser indiferente a que una parte significativa de las
exigencias de mi familia numerosa –el sindicalismo confederal-- se hayan plasmado en un programa de gobierno?
¿debo decir ¡psé! a la posibilidad de que se entre en un nuevo ciclo de
conquista de derechos en los terrenos sociales y ecológicos? Así que entiendo
que realmente ni te maravilla ni te reconforta mi posición sobre el particular,
sino que, como pretexto, muestras tu
desacuerdo con el presidente del gobierno. Tus motivos tendrás. En todo caso te
hago ver lo siguiente: recuerda al famoso hugonote, el cuarto Enrique de Navarra con su «París
bien vale una misa». Pura política. Por
eso te digo laicamente que trascender la reforma laboral bien vale el apoyo a
Pedro Sánchez. Pura política, repito. Más todavía, si el presidente del
gobierno se compromete con el programa sería estúpido que respondiera que eso
es pura comedia, que lo incumplirá a las primeras de cambio. Mi respuesta es,
por lo tanto, «¡adelante!», y ante cada situación concreta posterior actuar de
manera concreta. Más todavía, si se incumple tendré que interrogarme que responsabilidad me corresponde a mí. Se
supone que me entiendes, viejo amigo. Por eso he inspirado la puesta en marcha
de una plataforma de apoyo al programa del gobierno. Lee bien: de apoyo al
programa de gobierno.
Esta propuesta
tiene esta justificación: a muchos nos interesa el contenido del programa, por
eso –para que tenga más posibilidades de aplicación-- es conveniente que haya muchas personas que
lo apoyen. Es un (implícito) pacto de ciudadanía.
Querido Luis,
entiendo perfectamente que estás resabiado contra Pedro Sánchez. Tus posiciones
sobre el pleito catalán, muy cercanas al minifundio de Ciudadanos, nos distancian. Pero, si no las
conviertes en política laica (en el sentido que Palmiro Togliatti daba a esa
expresión) corres el riesgo de transitar hacia la droite divine, que es una merindad independiente de las derechas de secano. Más todavía, creo que deberías repensar el famoso
apotegma de «fiat iustitia et pereat mundus», que con ánimo campeador distingue
a la Brigada Aranzadi. Y aquel «Summus ius summa inuria» del que ya os previno
a los juristas vuestro padre Cicerón. He dicho a los juristas, porque los
rábulas están justamente para que no se arregle nada y salga el Sol por
Llavaneras.
Un abrazo.
Tuyo en Anselmo Lorenzo, JLLB
Tuyo en Anselmo Lorenzo, JLLB
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