miércoles, 16 de octubre de 2019

Torra, hermafrodita decadente




Mateo, el apóstol del Nazareno que antes fue recaudador de impuestos, allanó en su Evangelio el camino a Quim Torra: «que tu mano derecha no sepa lo que hace tu mano izquierda». Con lo que se da, según se  mire, una situación evangélica o grotesca: Torra llama a las movilizaciones contra la sentencia con la mano derecha; el mismo Torra, sin embargo, firma la orden para que los Mossos de l´Esquadra carguen contra los manifestantes con la mano zurda. Torra o la política hermafrodita. Es como si Cicerón, por la mañana, animara a Catilina a la insurrección y, por la tarde, ordenara su detención.  Sofisticación de secano.

No es el doctor Jekyll y Mister Hyde, es simplemente Quim Torra, presidente vicario del hombre de Waterloo. Se trata, pues, de algo tan esperpéntico como estrafalario ha sido todo el itinerario del procés. O, dada la acumulación de despropósitos, no sería inoportuno plantearse seriamente si a este caballero le funciona adecuadamente el cerebro.

Sea como fuere, este Torra –seguidor de Mateo, Jekyll o Hyde o simplemente precario de neuronas--  intenta resolver la grotesca ecuación (más madera en la calle y ordenar que les den de palos a los manifestantes) con la sobada retórica de «Lo volveremos a hacer». A ello se anticipó el gran poeta Joan Brossa cuando dejó dicho que «el hombre siempre habla con la autoridad / que le da el fracaso».

Más madera en las calles y plazas, más madera en las carreteras, más madera en las vías de comunicación. Alertas a la novedad: los violentos están llevando la voz cantante, dejando a la congregación pacífica musitando letanías. Han aparecido ya las primeras barricadas  y las primeras bengalas. Proliferan ya los enmascarados. Los violentos vuelven a señalar a los Mossos de l´Esquadra. En suma, este personal empieza a dirigir el movimiento. El independentismo político calla, aunque los silencios de sus diversos componentes también aparecen confrontados. De donde podemos afirmar cautelosamente que con la reyerta callejera en manos de los violentos y el silencio de los partidos independentistas las puertas a la antipolítica están de par en par.

Apunten lo que viene a continuación: hay sectores importantes en España que están interesados en esta situación. Exigen de boquilla la intervención en Cataluña, pero –todavía y durante un cierto tiempo--  están interesados en que la zahúrda continúe, porque de esa manera Cataluña va perdiendo presencia, fuerza e influencia en España.

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