Javier Terriente Quesada
1- Afirmando
lo innegable
La xenofobia, el racismo, el machismo,
el sometimiento inhumano del mundo del trabajo y de las pymes a los intereses
de la gran empresa, están dando alas a las fuerzas de la extrema derecha en
toda Europa, dibujando un horizonte sombrío. Mientras tanto, en España, una vez
perdida la
oportunidad de un gobierno de progreso, se ha
acelerado una regresión social, económica y política sin precedentes, hasta el
punto de que el
único contrapoder real reside, hoy, en los gobiernos locales.
Hay que subrayar que el eje de
la estrategia de la derecha se basa en la implantación de un modelo de
dualización económica y social de nueva planta, que comporta inevitablemente la
ruptura del núcleo duro del Estado de Bienestar.
De hecho, lo que está sobre el
tapete, hoy, es la confrontación
creciente entre el proyecto recentralizador, antidemocrático y privatizador del
gobierno del PP y los programas de los
nuevos gobiernos de transformación que se han instalado en los ayuntamientos.
Es una evidencia, entonces, que
la satelización de las políticas municipales en torno a la voluntad autoritaria
del Ejecutivo, es clave en dicha estrategia.
2- Construyendo una alternativa local al
avance conservador
Hay que recordar que, después de
la crisis de 2008, se abrió una fase de
austeridad implacable, a partir de 2011,que desembocaría en la puesta en marcha
de políticas recentralizadoras por vías autoritarias. Es el caso de la
aplicación de la Ley 27/ 2013 de Racionalización y Sostenibilidad de la
Administración Local (LRSAL), que coloca el déficit cero como elemento rector
de la política local, vacía de competencias a las entidades locales, limita la
autonomía municipal, le da un papel subsidiario a la administración local y la
adelgaza a través de los recortes y la privatización de los servicios públicos.
A ello se suma la reducción drástica de los presupuestos municipales. Según
datos del Ministerio de Hacienda, en el periodo comprendido entre 2010 y 2012
las entidades locales redujeron en más de un 63% su inversión total. Asimismo,
en el periodo 2009- 2012, adelgazaron su gasto en más de 13.000 millones de
euros. Lógicamente, este hecho se traduce irremediablemente en más desempleo y
más pobreza, producto del austericidio que vivimos desde el inicio de la crisis
financiera global.¡Todo el poder a las grandes empresas parasitarias!
Pese a todo, existe la
convicción de que el mejor antídoto para
contrarrestar este tipo de políticas pasa por impulsar la autonomía municipal,
la descentralización y la participación progresiva en los presupuestos del
Estado (25%), junto a un giro hacia la democratización y la ética pública
en los hábitos de gobierno. Parece claro, entonces, que los derechos, juntos y
en su integridad, encuentran en los espacios municipales organizados en Red, una
herramienta idónea de expansión y de puesta en común de experiencias diversas.
3-impulsando un pensamiento municipalista de mayorías
Una de las principales novedades de estos últimos años
ha sido la normalización de un nuevo pensamiento
único neoliberal a escala municipal,
que alcanza a derechas e izquierdas:
La privatización de recursos y servicios municipales,
los ajustes presupuestarios, las dinámicas urbanísticas depredadoras, las
rupturas medioambientales, la pérdida de tutelas laborales y la desprotección
de las pymes, la discriminación de las mujeres y el desprecio a los jóvenes y
mayores…, y la corrupción, el clientelismo y las puertas giratorias como
fenómenos ineludibles. El relativismo moral es la norma.
Sin embargo, el
dogma de que no hay alternativas posibles ha saltado por los aires. Aquel
discurso que impregnó de fatalismo a la política, y que llegó a creerse
invencible e inmutable ya no resulta creíble. A ello ha contribuido:
a) La extrema crueldad de las políticas de shock.
b) la crisis de credibilidad del bipartidismo, y la
emergencia de nuevas formaciones políticas.
c) El estancamiento de la izquierda
dogmática y el fracaso de las políticas frentistas.
d) La erosión de la democracia en
los partidos progresistas.
e) La irrupción de un nuevo
movimiento municipalista, no
jerarquizado, con una fuerte identidad democrática e independiente, que actúa
en Red.
La necesidad de ofrecer
respuestas a la crisis, basadas en el reagrupamiento de los ciudadanos a través
de “lo local”,se ha convertido en una cuestión inapelable.Ante los avances de
la agenda neoliberal y la influencia determinante de las grandes empresas
parasitarias sobre las corporaciones locales, el municipalismo en Red está
llamado a constituirse en uno de los
principales territorios de resistencia y de desarrollo democrático alternativo en
la construcción de una España federal y plurinacional.
4-Promoviendo desde lo local el ejercicio
de la ciudadanía
Cada día parece más evidente que
la derecha pretende emancipar al Estado Social de Derecho de las (supuestas)
servidumbres de los nacionalismos
periféricos y despojarlo de su sustancia garantista. En realidad, su
propósito de retorno al centralismo encuentra plena justificación en las
creencias y tradiciones de la vieja España nacional-patriótica.
Todo el régimen de derechos y
libertades ha entrado en una etapa de excepción
permanente, arrastrando tras de sí la credibilidad de la política y de las
propias instituciones representativas.
El
eje del municipalismo en Red pasa por la voluntad de impedir que los
ciudadanos retrocedan a la condición de súbditos, a una categoría inferior de
subciudadanos condenados a la arbitrariedad y la obediencia a los poderosos.
Por ello, decir derechos es nombrar lo irrenunciable, es apuntar a la naturaleza
misma de un municipalismo que ponga freno al retroceso hacia un nuevo estadio
social, que no sería otro que el de la dictadura.
5-Levantando un contrapoder con
vocación de mayoría
En las actuales condiciones, si
el bloque de poder liderado por el PP no consigue derrotar al nuevo
municipalismo, que gobierna el 25% de la población española, este acabará
convirtiéndose en su talón de Aquiles.
Han surgido nuevos sujetos sociales que reclaman un
giro radical en la práctica y el funcionamiento de la política. Estos nuevos
sujetos, que impugnan el sistema realmente existente, no se sienten
identificados con ningún programa de ningún partido en particular. Tanto por su composición social como por
sus orientaciones, no encajan en el esquema clásico izquierda/derecha, pero si, en
cambio, en un proyecto de amplio espectro sociopolítico y cultural, con
vocación de mayoría, que supere ese marco.
Por ello, es indispensable
construir nuevos instrumentos de representación que transiten por caminos
inéditos: Construir otra cosa
distinta, supra y apartidaria, aunque no antipolítica. Esto es, que sea la suma
de muchos en una amplísima convergencia democrática, al que estarían
convocados, sin jerarquías ni repartos de cuotas de poder, quienes compartan un
programa de mínimos.
En
resumen, una Red de Municipios que aspire a la hegemonía a escala local, deberá
plantearse catalizar las protestas y proponer alternativas en términos de
Estado. Ello permitiría transformar su identidad, elevando su capacidad de
intervención y superando la suma inconexa de voluntades fragmentadas y
dispersas que hoy lo caracteriza.
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